Los verdaderos profesores de ‘Merlí’
La serie sobre el maestro de filosofía de TV3 se ha rodado en el colegio Menéndez Pidal de Barcelona, un centro concertado que cerró en el 2012 por falta de alumnos
Qué mejor lugar para reflexionar sobre sofismos y hermenéutica que las antiguas cocinas del instituto Àngel Guimerà. Allí los alumnos del señor Bergeron pasean y ponen en claro sus dilemas. Los espectadores de la serie Merlí, de TV3, ven los lunes cómo este singular profesor de filosofía ilumina la mente de sus estudiantes con pensamientos profundos. Y no todo es empollar. Entre Platón y Sócrates también hay lugar para amoríos e intrigas.
“Me entra la risa, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”, suelta lapidario Vicenç Ferrer, profesor jubilado de ciencias y plástica. Él acabó su carrera en este instituto que aparece cada semana por la televisión catalana. En el real. Las escenas de Merlí se han grabado en el colegio Menéndez Pidal de Barcelona, un centro concertado que cerró sus puertas en el 2012. Fue un final convulso. Profesores y familias se enteraron del cierre el mismo mes de junio, a dos semanas de acabar el curso. “Me lo dijeron y no me lo creía. Al día siguiente me iba con los alumnos de viaje de fin de curso, la dirección insistía en que no teníamos suficientes estudiantes para continuar, que no les quedaba más remedio que abandonar la escuela, fue muy duro”, recuerda María Ángeles Pina, profesora de inglés y ciencias sociales. Los docentes sufrieron un ERE y aún no han cobrado la indemnización por despido. Muchos llevaban más de veinte años dando clases en el colegio.
En estas circunstancias, ver sus aulas por televisión supuso todo un shock. “Puse la tele y allí estaba nuestra biblioteca, en la serie la han convertido en la sala de profesores, se me hizo un nudo en el estómago”, afirma María Ángeles a las puertas del colegio. Es martes por la tarde y seis de los
antiguos docentes se han reunido para echar un vistazo al edificio, muy cerca del hospital Vall d’Hebron. En la década de los ochenta fue un colegio enorme, con hasta siete líneas por curso. La creación de escuelas e institutos públicos en el barrio y la crisis económica hizo que el número de alumnos bajara, hasta que en el 2012 eran poco más de 200 de infantil a bachillerato. Los profesores también señalan una “mala gestión” por parte de los propietarios del centro. “No había interés por remontar la situación”, lamenta Lidia Gil, profesora de catalán.
El Menéndez Pidal abrió en 1964, y cogió el nombre del historiador especialista en El Cid, que asesoró a los guionistas de la película protagonizada por Charlton Heston. “Entonces estaba muy de moda y pidieron permiso a Menéndez Pidal para poner su nombre, era una operación de marketing para dotar al colegio de mayor prestigio”, señala Vicenç. El edificio se levantó sobre los terrenos de un antiguo mas que llevaba su padre. Vicenç nació, creció y trabajó en el Menéndez Pidal. “Verlo por la tele me produce melancolía, no me gusta que todo haya acabado así y que ahora aparezca en una serie como símbolo de una enseñanza ideal, lo que son las cosas...”, sigue. En una de las entradas de la escuela aún se conserva un trencadís que Vicenç preparó con restos de obras. “Queríamos mucho nuestra escuela, todos los profesores estábamos muy implicados”, recuerdan los seis.
Ahora unos están jubilados, otros hacen sustituciones porque no encuentran plaza fija de profesor, otros se han reconvertido y han cambiado de profesión. El final del Menéndez Pidal ha supuesto un punto de inflexión en sus vidas. No han vuelto a cruzar la puerta de su colegio; sólo de forma imaginaria cuando aparece por TV3 transformado en el instituto Àngel Guimerà, donde un profesor de filosofía llamado Merlí entra en sus clases para encandilar a los alumnos.
La escuela abrió en 1964 en los terrenos de un antiguo ‘mas’, muy cerca del hospital Vall d’Hebron