La Vanguardia (1ª edición)

Feliz en su día

Suárez celebra un año de blaugrana con tres goles que construyen una nueva remontada

- CARLES RUIPÉREZ Barcelona

Fútbol Club Remontada. Al Barcelona le van las emociones fuertes. No le queda más remedio en este arranque de curso. Porque el equipo anda justo de fútbol. Y porque los blaugrana han cogido la mala costumbre de que el rival marque primero. A remolque vive el Barça, que lejos de bajar los brazos ha aprendido a moverlos para salir de las arenas movedizas en el campo. Con riñones y apretando los dientes. Al más puro estilo Luis Suárez. Así dio la vuelta al quinto partido en el que se vio por debajo: Sevilla en la Supercopa, Atlético, Bayer, Rayo y ayer ante el Eibar. Fue un aniversari­o perfecto para el uruguayo. A lo bruto pero efectivo. Para eso vino.

Perdía el Barcelona, el espectácul­o en el Camp Nou era nulo pero el público se acordó de Johan Cruyff, como los jugadores que salieron con una camiseta naranja Wembley para darle ánimos. Como ha pasado en Holanda, el minuto 14 fue el minuto de Cruyff. La afición quiso estar al lado del Flaco en los momentos delicados que vive por culpa de un cáncer de pulmón. El hacedor del estilo y de la filosofía siempre recordaba, aunque sonase a perogrullo, que para ganar había que marcar un gol más que el rival. Así justificab­a el fútbol ofensivo del dream team. En eso se está inspisus rando el Barcelona de Luis Enrique ahora que el juego no riega para que florezcan y broten los goles. Hay que sacarlos con fórceps. Y para eso no hay nadie como un rematador nato como Luis Suárez.

Cruyff se hizo famoso por llevar el 14 pero en el Barcelona, por las normas –los equipos en España debían jugar del 1 al 11– no lo lució. De blaugrana, el holandés era el 9. El número del uruguayo. El dorsal del área. El dígito del rescatador.

Era su aniversari­o y Suárez fue feliz como lo son todos los goleadores cuando su equipo gana gracias a dianas. Radiante como los hombres que viven del gol, del instinto y el olfato cuando marcan un hattrick, su primero en el Camp Nou. Dichoso como los arietes cuando se llevan la pelota a casa firmada. No hubo mejor forma de soplar velas del primer año de su debut oficial. Si hubiera podido pedir un deseo al apagarlas, seguro que habría sido ese. Se le cumplió. Lo celebró por todo lo alto.

¡Qué diferente el Suárez del 25 de octubre del 2014 del Luis del 25 de octubre del 2015! El uruguayo ya no es nuevo ni una comparsa como el año pasado en el Bernabeu. El delantero empezó mal pero 365 días después está que se sale. Con confianza y jerarquía. Es uno de los líderes del vestuario. Y obra en consecuenc­ia cuando el equipo no pasa por su mejor momento. Lo demostró en el Liverpool. Saca lo mejor en la dificultad. Suárez ha marcado en cuatro de esas cinco remontadas. Sólo en el Calderón se quedó con las ganas. Y en cuatro de los seis partidos sin Messi ha visto puerta.

Donde hay espesor, él pone el remate. Donde existe barullo, a él le sobra con un cabezazo inapelable o con un control y disparo ajustado a la base del poste. Así de sencillo. Cuando nadie mira a puerta por vértigo, él tiene en la cabeza los tres postes. Le sale sin pensar. Lo lleva dentro. Es su trabajo y se lo ha trabajado. Lo ha hecho toda su vida. Obrero del gol. Y con diez tantos es el máximo anotador del equipo y ha ayudado a construir el Barcelona de las remontadas.

GESTO DE APOYO El público se acordó de Cruyff en el minuto 14, su número, aunque en el Barça lució el 9, como Suárez PRIMER ‘HAT-TRICK’ EN EL ESTADI Si a un delantero le dan a elegir, siempre pedirá que el equipo gane gracias a sus goles; deseo cumplido UN LÍDER EN 365 DÍAS Aparece cuando se le necesita y, de las cinco remontadas, el uruguayo ha marcado en cuatro

 ?? GEMMA MIRALDA ?? El protagonis­ta de la tarde, Luis Suárez, intenta superar la salida de Asier Riesgo, el portero del Eibar
GEMMA MIRALDA El protagonis­ta de la tarde, Luis Suárez, intenta superar la salida de Asier Riesgo, el portero del Eibar

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