Las reformas aprobadas en la crisis han debilitado la negociación colectiva
Los países del sur de Europa objeto de rescate han abandonado muchos convenios
Si la unión hace la fuerza, han llegado tiempos de debilidad. Los convenios colectivos están en declive en la mayoría de los países del mundo. Este instrumento de negociación ha experimentado un retroceso entre el periodo 20082013, es decir, tras el estallido de la crisis financiera.
Así se desprende de un estudio que acaba de publicar la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En concreto, el número de asalariados con convenio colectivo ha disminuido un 4,6% a escala mundial. Los descensos más pronunciados –un 21% en promedio– se registraron en los países más afectados por la recesión global de los últimos años, el sur de Europa y en particular en las economías que solicitaron el rescate financiero: Chipre, Grecia, Irlanda, Letonia, Portugal y Rumania.
El dato refleja “el cese de algunos acuerdos nacionales generales y cambios legislativos que han introducido la posibilidad para las empresas en dificultad de retirarse de los acuerdos sectoriales”. Una tendencia que, según los sindicatos, corre el riesgo de desproteger a los trabajadores.
Varias son las causas que explican este fenómeno. “El declive de la afiliación sindical y el aumento de las cláusulas de derogación han contribuido a esta erosión”, reza el informe. Pero hay algo más. En efecto, no deja de ser llamativo que los países más afectados fueron precisamente aquellos que pidieron ayuda económica a los organismos internacionales. En este sentido, la OIT cita “los programas que han acompañado los paquetes de préstamos del FMI, del BCE y de la UE que a menudo requerían reajustes salariales”. “Esto ha implicado–destaca el estudio– modificaciones del marco legal que han dado la prioridad a los acuerdos empresariales sobre los sectoriales y en la introducción de medidas que han limitado la vigencia de los convenios caducados o que han dificultado su prorrogación”.
“Por ello –añaden–, el declive de la negociación colectiva en estos casos dramáticos no ha sido el fruto de la resistencia del empresariado o de una menor afiliación a los sindicatos, sino que ha sido el resultado de políticas expresamente dirigidas a revertir el apoyo a este instrumento negociador”. La idea era que con un mercado laboral más flexible las empresas habrían reducido costes y mejorado beneficios. Sin embargo, “la negociación colectiva puede desempeñar un papel determinante para traducir el crecimiento en progreso social”, alerta Philippe Marcadent, jefe del servicio de mercados laborales de la OIT.
“Para mejorar la productividad, instituciones como la troika han optado por la desregulación laboral en muchos sectores. Pero esto golpea a la clase media porque hace que los salarios pasen a ser distribuidos de una manera más desigual”, advierte Gherard Bosch, profesor de la Universidad de Duisburgo y experto en el sector.
España tampoco ha quedado al margen de esta tendencia, aunque el impacto ha sido más reducido. La proporción de empleados a los cuales se aplica un convenio colectivo en el 2014 según la OIT era del 79,1%, un ligero descenso sobre el 80,2% de cinco años antes. El retroceso ha sido mucho más marcado en Catalunya, donde, según los datos de CC.OO. respecto al 2013 se constata un 28,47% menos de convenios colectivos registrados.
Juan Carlos Casanovas, responsable de negociación colectiva de esta organización sindical, cree que estas cifras son el reflejo de la
La OIT constata un declive del 4,6% del número de trabajadores con convenio Los expertos alertan sobre el aumento de las desigualdades sociales y menores salarios
última reforma laboral. “El Gobierno ha intentado golpear este instrumento de negociación, pero no lo ha conseguido del todo, ya que la justicia española ha dado validez a las cláusulas que expresamente indicaban que los acuerdos seguían en vigor después de su caducidad, –recuerda–, y en la actualidad la mitad de los convenios no va a decaer”. “Devaluar los salarios es una manera de competir que tiene un corto recorrido. Tiene más sentido estimular una política industrial que fomente la innovación, pero para ello se requieren grandes inversiones”, argumenta.
Sin embargo, aparte de estos elementos coyunturales, los expertos destacan que el declive de la negociación colectiva en España ya empezó a mitad de los años noventa y tiene raíces más profundas, que van desde el peso de la economía sumergida (empresas que obviamente no firman convenios), el aumento progresivo de la proporción de asalariados en sectores menos sindicalizados, como en los servicios y la presencia masiva de pequeñas y medianas empresas, que tienen una tasa de adhesión sindical más baja.
La OIT señala que en la actualidad poco más del 17% de los asalariados está afiliado a un sindicato en España.