Blindaje en el Camp Nou
El Camp Nou registra la mejor entrada en la Champions pese a los minuciosos controles
Las medidas de seguridad fueron ayer especiales en el Camp Nou para evitar atentados terroristas durante el encuentro de Champions contra el Roma (6-1). Suárez y Messi marcaron dos veces y lideraron una goleada que da al Barça el pase a octavos de final como primero de grupo.
El socio del Barcelona no se asustó. El barcelonismo dio una nueva lección de civismo al no dejarse intimidar por el terror de los atentados de París. El aficionado es dueño y libre y eligió seguir con su vida habitual sin restricciones, sin limitaciones, sin miedo. Las medidas excepcionales de seguridad, para garantizar el normal desarrollo del partido, no influyeron al aficionado. No se esperaba una gran entrada en el Camp Nou, por las incomodidades de las colas y los cacheos a bolsas y ropa, el primer día de mucho frío, la posibilidad de verlo en casa y el hecho de que el resultado del BATE-Bayer –ya finalizado– clasificaba matemáticamente al Barça, pero sorprendentemente el coliseo blaugrana registró la mejor entrada en un partido de Champions. 71.433 espectadores se acercaron al Camp Nou y soportaron con paciencia los registros de los dos perímetros de seguridad. Una prueba de que el fútbol no cede al chantaje ni se pliega ante el ambiente de terror que algunos quieren instaurar en Occidente. El deporte prevalece.
Los aledaños del Camp Nou estaban rodeados de furgonetas de los Mossos d’Esquadra. Cada cincuenta metros había un vehículo. El despliegue de agentes de las brigadas móviles y del Grupo Especial de Intervención era bien visible. Los policías empuñaban fusiles para frustrar cualquier intento de atentar en el Estadi, que abrió sus puertas tres horas antes del partido. Más de 600 efectivos velaban por que la normalidad no se alterase.
A esa hora, la afluencia de aficionados era poca. Todos los comercios de la explanada, muchos de restauración, estaban abiertos. Todos excepto la tienda oficial de Nike y el Barça. Pero por debajo de la Diagonal y por encima de la Avenida Madrid apenas circulaban coches. Los que hicieron caso a las indicaciones del club y de la policía catalana para adelantar su llegada tuvieron un premio extra. Porque pudieron ver a los futbolistas de cerca. Lo normal es que los jugadores lleguen al Camp Nou cada uno en su transporte pero ayer, también por motivos de seguridad, los blaugrana dejaron los coches en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí y se desplazaron en autobús.
El primer control era en los siete puntos de acceso del recinto. Y lo realizaban miembros de la seguridad privada contratada a tal efecto por el Barcelona. A partir de allí no se dejaba pasar ninguna mochila. Esa medida sorprendió a muchos aficionados extranjeros que no sabían la norma. “Con la bolsa no puede pasar”, decía el agente. “Pero es muy cara”, se quejaba una chica. Pero no había compasión. La ley era igual para todos. Y las mochilas se quedaban apiladas en un bote azul de basura.
Ese fue el lugar donde se formaron las mayores aglomeraciones y atascos. Sobre todo a medida que se acercaba la hora del partido. La entrada se ralentizó un poco pero nadie opuso resistencia. El segundo registro llegaba en las puertas del estadio. Ahí se pedía la entrada, el carnet de socio y el de abonado. También en algunos casos el DNI. Sin embargo, lo que no se olvidó fue la estelada.
Como ya hicieron sus colegas, el galés David Griffiths y el sueco Karl-Erik Nilsson, el delegado de la UEFA, el serbio Nebojsa Ivkovic, tuvo que apuntar la presencia de estelades en las gradas. Las hubo pero fueron menos numerosas que en la segunda y en la cuarta jornada de la Champions, cuando se quiso protestar contra las dos multas a las banderas independentistas por “inapropiadas”. De lo que tampoco se libró el delegado serbio fue de la pitada al himno de la Liga de Campeones por tercer duelo en el Camp Nou. Y es que pese a que en las jornadas europeas, al ser día laborable, algunos aficionados del Barcelona suelen llegar a su asiento con el encuentro ya comenzado, ayer estuvieron a la altura. El socio no se asustó.
NORMA ESTRICTA Las mochilas no estaban permitidas y muchas se quedaron apiladas en la basura CAMBIO DE PLANES Los jugadores del Barça aparcaron en Sant Joan Despí y llegaron en autobús por orden de los Mossos