La Vanguardia (1ª edición)

El giro portugués

El presidente de Portugal claudica y nombra primer ministro al líder socialista

- ANXO LUGILDE

Finalmente, Cavaco Silva ha dado su brazo a torcer y ha abierto la puerta al primer gobierno tripartito en Portugal, una coalición de socialista­s, comunistas y el Bloco de Esquerda que situará a António Costa en el cargo de primer ministro.

El socialista António Costa se convirtió ayer en el primer jefe de Gobierno de Portugal que llega al poder gracias al apoyo del Partido Comunista y del Bloco de Esquerda, las fuerzas de la izquierda rupturista que en los cuatro decenios de la actual etapa democrátic­a estuvieron al margen de la gobernabil­idad. El presidente de la república, Aníbal Cavaco Silva, efectuó a regañadien­tes el nombramien­to del socialista porque, según reconoció él mismo en un comunicado, no tenía otra opción, al estar privado en este momento de la potestad de convocar nuevas elecciones y tras constatar que la continuida­d en funciones del hasta ahora primer ministro Passos Coelho resultaría negativa para “el interés nacional”.

Portugal giró ayer a la izquierda, en la víspera del cuadragési­mo aniversari­o del golpe y contragolp­e del 25 de noviembre de 1975, los hechos que pusieron fin a la fase socializan­te que siguió a la revolución de los claveles del 25 de abril de 1974 y que abrieron el camino para consolidar un régimen homologabl­e a los del resto de países de la OTAN.

Abogado, nacido en Lisboa en 1961, con orígenes familiares en la antigua colonia lusa de Goa y alcalde de la capital portuguesa hasta el pasado abril, António Costa continúa con la estirpe de primeros ministros del Partido Socialista (PS), como Mário Soares, António Guterres y José Sócrates. Pero a diferencia de ellos Costa llega al poder sin haber sido el candidato más votado en las elecciones y, sobre todo, lo hace gracias a haber recibido el aval de los comunistas y el Bloco.

Así, tras la austeridad a ultranza del rescate de Portugal que aplicó con entusiasmo el conservado­r Passos, se inicia una nueva fase que conecta con la que se vive en Grecia desde que el Gobierno de Alexis Tsipras claudicó ante la troika y los mercados.

Costa formará un Gobierno socialista, sin ministros comunistas ni del Bloco. El nuevo Ejecutivo promete poner fin a la espiral de empobrecim­iento de la población portuguesa, con transferen­cias de rentas hacia los más desfavorec­idos, al tiempo que insiste en que cumplirá con los compromiso­s europeos sobre las reglas de control del déficit público. Se trata de la cuadratura del círculo, que es como se llama el programa semanal de debate del canal de televisión SIC Notícias, del que Costa fue tertuliano habitual.

El futuro de Costa en el poder puede depender del más popular comentaris­ta político de la televisión lusa de los últimos años, Marcelo Rebelo de Sousa, antiguo líder del partido conservado­r y favorito ante las elecciones presidenci­ales del 24 de enero. Si Rebelo no gana en la primera vuelta, habría una segunda el 14 de febrero, en la que tendría más opciones alguno de los aspirantes socialista­s. Con un triunfo de Rebelo la derecha podría forzar nuevas elecciones legislativ­as en 2016, sobre todo si el Gobierno de Costa da signos de inestabili­dad. Pero si gana la socialista Maria de Belém Roseira o el independie­nte Sampaio da Nóvoa, Costa contaría con un blindaje para ir a las urnas cuando más le interese.

El nombramien­to de Costa puso fin ayer a un largo ciclo de 51 días de digestión de los resultados de las legislativ­as del 4 de octubre. La coalición hasta ahora gobernante del conservado­r Passos Coelho fue la más votada, pero sufrió un duro correctivo y perdió la mayoría absoluta, mientras el socialista Costa, lastrado por el encarcelam­iento de Sócrates, quedó segundo. Se especulaba con su dimisión al frente del PS, pero para resistir Costa se lanzó a por el poder con el inédito aval de los líderes del Bloco y del Partido Comunista, Catarina Martins y Jerónimo de Sousa, que apelaron al mandato popular de acabar con la austeridad.

Costa, Martins, Sousa y los verdes suscribier­on unos complejos acuerdos a cuatro bandas que les permitiero­n derribar en el Parlamento a Passos, nombrado por un Cavaco que resistió todo lo que pudo para no darle el poder a la izquierda. Pero ayer tuvo que claudicar. El presupuest­o de 2016 va a ser la primera prueba de la cuadratura del círculo de Costa. Passos ya ha advertido que, desde la oposición, no le va a ayudar.

Costa promete la cuadratura del círculo de acabar con el empobrecim­iento y cumplir con el déficit

 ?? ANDRE KOSTERS / EFE ?? El líder socialista portugués, António Costa, durante su reunión con el presidente del país, Aníbal Cavaco Silva, en Lisboa
ANDRE KOSTERS / EFE El líder socialista portugués, António Costa, durante su reunión con el presidente del país, Aníbal Cavaco Silva, en Lisboa

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