La Alianza y la “gran y única” coalición de Hollande
Lo de ayer en Siria es verdaderamente “histórico”: el primer derribo de un avión ruso por otro de un país de la OTAN en medio siglo. ¿Actuó Turquía por libre o en sintonía con la OTAN? Una señal: “Turquía tiene derecho a defender su integridad y espacio aéreo”, dijo ayer Obama, antes incluso de conocer los datos. La política turca en la región ya sufrió un serio revés en julio, con la firma del acuerdo nuclear de Occidente con Irán, algo que contraría a otros países amigos como Arabia Saudí, Qatar e Israel. Después de aquello, Turquía, que albergaba a casi millón y medio de refugiados sirios en su territorio, lanzó su bomba del refugiado: dio libre paso hacia Europa a aquel flujo, lo que provocó una crisis. Ahora, derribando el avión ruso se ataca directamente a la “gran y única” coalición contra el Estado Islámico ingenuamente propugnada por François Hollande tras los atentados de París. Ankara, y también la OTAN, estaban muy contrariados por la entrada de Rusia en la escena siria, que bate con eficacia al conglomerado integrista, incluidos grupos entrenados por la CIA y financiados por los amigos del Golfo. La OTAN quiere, sobre todo, partirle el espinazo a ese arriesgado avance ruso en la región, que es una réplica del desafío militar ya presentado por Moscú en Ucrania. Turquía, además, veía con preocupación el apoyo americano a las fuerzas kurdas del izquierdista YPG. Y todos ellos estaban inquietos por cualquier deriva que no haga de la caída del régimen de Bashar el Asad una precondición para cualquier fórmula de solución del conflicto. La tensión entre los grandes, no su coalición, es lo que prevalece. /