Obama y Hollande se conjuran contra el EI pero discrepan sobre Putin
EE.UU. considera a Rusia “fuera de la coalición” y Francia “no excluye a nadie”
El encuentro en la Casa Blanca de los presidentes de Estados Unidos y Francia tras los atentados yihadistas de París empezó con un canto a la solidaridad mutua. “Estamos aquí hoy para declarar que Estados Unidos y Francia están unidos en solidaridad total”, declaró el presidente Barack Obama. Continuó con la determinación de ambos presidentes de sumar esfuerzos para acabar con la organización terrorista Estado Islámico. “Debemos destruirlos y debemos hacerlo juntos”, pero terminó con la evidencia de que ambos presidentes mantienen expectativas distintas respecto al papel de Rusia en la coalición contra la organización yihadista. “Hay dos coaliciones, una de 65 países y otra que forman Rusia e Irán. Rusia está ahora fuera de nuestra coalición”, dijo Obama. “Francia no excluye a nadie”, declaró en cambio el presidente Hollande en la sala este de la Casa Blanca 48 horas antes de viajar a Moscú para entrevistarse con el líder ruso Vladímir Putin.
La diferencia es de matiz y se refiere a cuánto tiempo estarían dispuestos unos y otros a admitir la continuidad de Bashar el Asad en el poder. Obama y Hollande coincique den en que “El Asad no forma parte de la solución” y “no podrá tener ningún papel en el futuro”. La cuestión es quién lidera y quién gestiona la transición política. La posición francesa fija como prioridad acabar primero con el Estado Islámico y ocuparse luego de El Asad. “Tenemos un único objetivo: luchar contra el terrorismo”, dijo Hollande, que se ve capaz de convencer a Vladímir Putin de incorporarse a la coalición comprometiéndose a atacar exclusivamente posiciones de Estado Islámico. Obama no confía demasiado en ello después de los gestos de Putin con El Asad y con los líderes iraníes de los últimos días y sobre todo por los ataques de la aviación rusa contra objetivos que no eran yihadistas, sino posiciones de grupos de la oposición a El Asad –en los que confía Washington para la batalla terrestre y para la solución política– precisamente para blindar el régimen del dictador sirio.
“No hay que hacerse ilusiones –advirtió Obama–, Siria se ha roto. Comenzó a romperse en el momento en que El Asad mató indiscriminadamente a su propio pueblo (...) y no puede recuperar la legitimidad para detener la guerra”.
Y por si había dudas sobre las diferencias, el derribo del avión ruso presuntamente cruzó el espacio aéreo de Turquía, miembro de la OTAN, echó más leña al fuego. Alegando escasa información en aquel preciso momento, Obama no se abstuvo de proclamar que “Turquía tiene derecho a defender su territorio y su espacio aéreo”.
Y dejando Rusia y Bashar el Asad aparte, los presidentes de Estados Unidos y de Francia insistieron en que van a “aumentar los ataques” contra Estado Islámico, aunque Hollande concretó que, al igual que Estados Unidos, no se plantea enviar tropas terrestres. También van a intentar coordinarse mejor para evitar atentados: “Vamos a hacer aún más para prevenir ataques en nuestros países, vamos a compartir información de inteligencia con Francia y compartimos la convicción de las naciones europeas cuando reconocen que tienen que hacer más para detener el flujo de combatientes terroristas extranjeros”.
Obama hizo especial referencia a la necesidad de compartir la información sobre el registro de pasajeros de las compañías aéreas (PNR
Tras el derribo del avión ruso, Obama proclama el “derecho de Turquía a defender su espacio aéreo”
por sus siglas en inglés), que choca con las legislaciones nacionales que garantiza la privacidad y la protección de datos. Forma parte de una recurrente demanda de los servicios de inteligencia que aprovechan cualquier ocasión, incluso cuando como ahora los atentados de París no fueron cometidos por individuos que se desplazaran en avión.
Pese a ello, tanto Obama como Hollande insistieron en que el yihadismo libra una batalla contra “los valores de la sociedad abierta y de la libertad” y que “no podemos sucumbir ante el miedo”. También en este punto existe una diferencia de matiz, puesto que Hollande proclamó en su día que Francia “está en guerra” y Obama evita sistemáticamente esa idea e insiste en que los ataques se dirigen precisamente “a la idea de que las personas de diferentes razas y orígenes pueden vivir juntos en paz” y que Estados Unidos “se fortalece con la gente de todos los credos”.