Modernidad retomada
FERNANDO MARTÍNEZ GARCÍA-ORDÓÑEZ (1922-2015) Arquitecto
Agrandes rasgos, José Antonio Coderch en Barcelona y Miguel Fisac, en Madrid, redefinieron y llevaron a término la modernidad arquitectónica en la España de mitad del siglo XX. Los jóvenes arquitectos que pasaron por sus estudios la absorbieron y desarrollaron de forma singular a lo largo de sus carreras. En la Valencia actual se aprecia el legado de ambos en la obra construida de profesionales como Emilio Giménez (discípulo del catalán y uno de los dos proyectistas del IVAM, fallecido el año pasado) y Fernando Martínez García-Ordóñez, alumno aventajado del autor de la destruida Pagoda.
La llegada de Martínez García-Ordóñez a Valencia, alentada por el entonces director general de Urbanismo, Pedro Bidagor Lasarte, coincidió con la situación de extrema urgencia ocasionada por la riada de 1957. A causa del carácter primigenio del núcleo urbano –una isla fluvial– y de las deforestaciones realizadas a lo largo de la historia en las inmediaciones del río Turia, su curso irrumpió en aquel aciago octubre con tal fuerza que anegó tres cuartas partes de la ciudad.
Para evitar futuras inundaciones, redactó, en colaboración con ingenieros como Claudio Gómez Perreta, el conocido como Plan Sur (1958), que desviaba el cauce. Esto supuso –según Alberto Peñín en Valencia. Ciudad, arquitectura y arquitectos 1874-1959, 1978– una nueva “ordenación de la ciudad y su entorno”. Necesitada de nuevas edificaciones, Fernando Martínez García-Ordóñez –ya con Juan María Dexeus Beatty, futuro socio en el estudio GODB– lleva a cabo el grupo de viviendas Virgen del Carmen en el barrio del Cabanyal.
Otros visos de modernidad en el estilo desarrollado por Martínez García-Ordóñez, gracias igualmente a los diversos viajes que realizó por Europa y Estados Unidos, se pueden apreciar en una obra de finales de esa década, la Escuela-Jardín Guadalaviar. En su construcción original (será reformada en 1972) se aprecian ecos del minimalismo de Mies van der Rohe.
Las décadas de 1960 y 1970 supondrán para el estudio GODB, ampliado con la incorporación de otros arquitectos como Julio Bellot, José Manuel Herrero o Francisco Pérez Marsá, un buen número de encargos. Entre ellos caben destacarse el chalet del ministro Navarro Rubio y la iglesia de Nuestra Señora de Loreto en Xàbia (Peñín vincula al arquitecto con el Opus Dei), o los edificios Cadahia y Ciudadela, en Valencia. Estos últimos se caracterizan –además de por su modernidad estilística, con referencias al racionalismo italiano, entre otras corrientes en boga fuera de España– por la utilización de elementos prefabricados y la amplitud de los espacios de distribución.
El crecimiento que experimentó el estudio, sito en la céntrica calle de Colón, ocasionó su traslado a las afueras. En el nuevo y más espacioso lugar de trabajo pudo experimentar con dichos materiales prefabricados, que aplicó a edificios levantados en Madrid, Vigo o El Ferrol.
En sus últimos años de carrera abordó uno de sus proyectos más ambiciosos, en el que participa también como promotor: la construcción del centro comercial Nuevo Centro, no todo lo exitosa que se pretendía en cuanto a rentabilidad económica.
Fernando Martínez GarcíaOrdóñez nació en Salas (Asturias) el 22 de junio de 1922. Cursó estudios de Arquitectura en Madrid, donde se titula en 1955.
Fue académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia.
Murió en su ciudad de adopción el pasado 21 de noviembre a los 93 años.