La revolución del pedal
Objetivo: reducir las caídas. Los pelotones de casi doscientos ciclistas tienen los días contados si la revolución que prepara la Unión Ciclista Internacional (UCI) y que los organizadores de carreras estudiaron la semana pasada en Hamburgo prospera y el acuerdo entre todas las partes fructifica. La UCI hace años que analiza una serie de reformas para “favorecer el crecimiento sostenido” que precisa el ciclismo profesional. No es tarea sencilla llegar a puntos de acuerdo entre protagonistas con intereses a menudo opuestos, como sucede entre los ciclistas, los propietarios de los equipos y los organizadores de las competiciones.
El último paquete de reformas de la UCI ha recibido un primer rechazo de los organizadores, agrupados en una asociación internacional que preside, cómo no, el director del Tour de Francia, Christian Prudhomme, pero que cuenta además con el presidente de la Volta a Catalunya, Rubèn Peris, en una de las dos vicepresidencias. El director de la Vuelta a España, Javier Guillén, es uno de los seis vocales. Este organismo ha propuesto dos modificaciones fundamentales. La primera y con opciones sólidas de prosperar, pasa por reducir los pelotones. Actualmente los equipos alinean nueve corredores en las grandes vueltas y ocho en las carreras de una semana. El reglamento estipula que el número máximo de inscritos es de 200, por lo que el Tour, la Vuelta y el Giro suelen contar con 22 equipos (para un total 198 corredores) y las otras competiciones acogen como máximo 25 equipos (un pelotón de 200). “Se trata fundamentalmente de un asunto de seguridad. Cada vez se producen más caídas y esta es una buena manera de reducir los riesgos”, explica Rubèn Peris. Un pelotón menos denso también ayudaría notablemente a la movilidad de las motos, protagonistas de los incidentes más graves en los tiempos recientes.
La propuesta de los organizadores necesita ahora el último impulso del Consejo de Ciclismo Profesional, organismo de la UCI que preside David Lappartient (presidente de la Federación Francesa) y en el que el Tour está perfectamente situado, con el propio Prudhomme y otros elementos de peso como el exciclista Charly Mottet.
Si la reforma se aprueba, entrará en vigor en 2017 y el Tour quedaría reducido a 176 corredores (22 equipos de 8 ciclistas), una cantidad que supone recuperar los pelotones de hace treinta años. La carrera francesa nació en 1903 con 60 inscritos que disputaron seis etapas en 20 días, la más larga de
Con el Tour al frente, los organizadores de carreras impulsan la eliminación de un ciclista por equipo Un pelotón con una veintena menos de unidades, como hace 30 años, podría reducir las caídas
467 kilómetros. Sólo 21 corredores llegaron al final. El récord de competidores se fijó en la edición de 1986, con 210 ciclistas y victoria final de Greg Lemond, pero al año siguiente se aplicó una primera reducción al pasar los equipos participantes de diez a nueve corredores. Treinta años después llegará un nuevo recorte.
“No estoy muy convencido de que por este sistema aumente la seguridad”, analiza Eusebio Unzue. Para el mánager del Movistar las caídas se producen “por el enorme estrés que domina el pelotón y el porcentaje de riesgo a todas luces excesivo que asumen los ciclistas”. Unzue no ve ninguna necesidad de reducir el pelotón (“y producirá una reducción de las plantillas de los equipos”, avisa), pero en todo caso no cree que sea una medida “innegociable”. El director navarro recuerda que siempre ha sido partidario de otro tipo de revoluciones, como la posibilidad de contar con sustituciones en las grandes vueltas “o que se permitiera a un corredor que ha sufrido una caída saltarse una o dos etapas, recuperarse y reaparecer”.
El segundo gran punto de las propuestas de los organizadores tendrá muchas más dificultades para salir adelante. Se trata de imponer un sistema de ascensos y descensos por méritos deportivos, entre dos y tres, algo que rompería drásticamente con el sistema actual, con una comisión de licencias que evalúa todo tipo de criterios (sobre todo financieros) para determinar qué equipos forman parte de la primera división, el World Tour. Actualmente son dieciocho. Los organizadores apuestan por esta medida, pero aquí la oposición de los equipos será feroz. De hecho, la postura actual de la UCI va en el sentido absolutamente opuesto y propone que las licencias de los equipos se otorguen por periodos de tres años, “para aumentar la estabilidad de las estructuras y facilitar la llegada de patrocinadores”.