La Vanguardia (1ª edición)

Barcelona ya tiene abiertos 16 procesos de participac­ión ciudadana

La externaliz­ación y la repetición de consultas enfrentan al gobierno Colau y la oposición

- LLUÍS SIERRA Barcelona

La participac­ión ciudadana, una de las banderas de regeneraci­ón política de Bcomú y Ada Colau, es diana de los dardos de la oposición. “Un ayuntamien­to que camine preguntand­o y obedeciend­o”, proponía Ada Colau en la campaña que la llevó a la alcaldía. La voz de “la gente” es clave en los planteamie­ntos del gobierno barcelonés, entendida como requisito de la “profundiza­ción democrátic­a”. Para hacerse una idea, basta con ver que el proyecto de presupuest­os municipale­s para el 2016 prevé ampliar la partida de “participac­ión y relación con la ciudadanía” de 9,1 a 14,1 millones de euros.

Varios partidos de la oposición han pedido al gobierno, por un lado, que no externalic­e la gestión de los procesos participat­ivos y, por otro, que no repita procesos ya hechos. Algunos partidos han insinuado, por decirlo suavemente, “amiguismo” en algunas contrataci­ones. La concejal de Participac­ión y Territorio, Gala Pin, que también lo es del distrito de Ciutat Vella, defiende la profesiona­lidad y competenci­a de las empresas contratada­s y califica de “ridículas” las acusacione­s de que se contraten “a dedo”.

La oposición, o la mayoría de la oposición, pone en cuestión no la participac­ión en sí misma, sino la manera de conducirla, encauzarla. “Dirigirla” hacia los propósitos del gobierno, dicen los más críticos. Los dardos apuntan principalm­ente a las contrataci­ones de empresas dinamizado­ras y la “repetición” de procesos y consultas, que, como mínimo, alargan el procedimie­nto, si no varían sensibleme­nte decisiones adoptadas por el anterior gobierno que ya llevó a cabo procesos previos de participac­ión. Uno de los ejemplos más destacados es el relativo a la reforma de la Rambla. El gobierno de Xavier Trias diseñó un plan especial para reordenar el popular paseo y el equipo actual lo paralizó para ampliar la participac­ión. El

ACUSACIÓN DE AMIGUISMO Las contrataci­ones para dinamizar los consejos de distrito levantan polémica

VIENE DE LA PÁGINA ANTERIOR parón al plan especial irritó especialme­nte a CiU, cuya concejal Mercè Homs acusó al gobierno de provocar “un coma inducido a la Rambla”. Casos parecidos, de frenazo para seguir, son los de la cobertura parcial de una tramo de la ronda de Dalt, o la finalizaci­ón de la reforma del Paral·lel. Gala Pin ha repetido la voluntad de BComú de aprovechar el trabajo hecho antes, incluso lo ha calificado de “buen trabajo”, y asegura que se interpreta­n mal las intencione­s del gobierno. “Más que repetir –dice– es ampliar y buscar la participac­ión de gente que habitualme­nte no participab­a”. Por contra, se retrasa la toma de decisiones y se varían proyectos ya aprobados que no gustan al gobierno. En todo caso, el equipo de Colau ha advertido que de las consultas y participac­iones no prosperará­n propuestas que vayan contra su programa de gobierno.

La reapertura de carpetas que ya se habían cerrado, sin embargo, no garantiza siempre un aumento importante de la participac­ión. En un mes largo, entre octubre y noviembre, el proceso sobre los horarios comerciale­s en festivos de verano había recibido unas 1.900 aportacion­es, que se antojan pocas para un tema de repercusió­n en toda la ciudad.

El marco del debate es una administra­ción municipal que, desde las primeras normas de participac­ión ciudadana de 1986 (reformadas varias veces, la última en el 2014), ha ido ganando prestigio por sus múltiples vías y foros a través de los que entidades y ciudadanos pueden debatir y hacer propuestas a la administra­ción. Hay consejos de barrio, audiencias públicas de distrito, consejos ciudadanos de distrito, el consejo municipal de entidades, comisiones de seguimient­o, el consejo de ciudad y consejos sectoriale­s (de la mujer, de juventud, de bienestar social, de la tercera edad, de inmigració­n, de educación, de comercio, de vivienda, de cultura, de deportes…). Hay también espacios coyuntural­es de participac­ión, para proyectos y temas concretos.

Los consejos de barrio son un espacio de participac­ión donde mejor se manifiesta el nuevo estilo. Reuniones con vecinos que, en líneas generales, presentaba­n quejas y exponían reivindica­ciones se han transforma­do con la presencia de monitores o “dinamizado­res” externos. En los consejos que han adoptado la nueva fórmula (no todos, cada distrito decide su modelo) forman dos o tres grupos de trabajo con vecinos sobre temáticas determinad­as (movilidad, limpieza, uso del espacio público, turismo...) que discuten y elaboran propuestas con la orientació­n, dirección o acompañami­ento de los monitores. En palabras de Pin, han pasado de ser “pequeñas audiencias públicas” a “espacios de trabajo y elaboració­n de propuestas”.

El pasado 18 de noviembre, en la comisión municipal de Presidenci­a, Derechos de Ciudadanía, Participac­ión y Seguridad y Prevención se aprobó, con la abstención de BComú, una proposició­n del PSC que insta al gobierno a ser transparen­te sobre el coste de las contrataci­ones externas para los consejos de distrito y que no se replanteen acuerdos surgidos de anteriores procesos participat­ivos, como los de la reforma del Paral·lel, los equipamien­tos de la Sagrera, la finca de Germanetes en el Eixample o la última fase de la reforma de la colonia Castells, en Les Corts, estos dos últimos en cartera de un nuevo proceso de consulta. En la misma sesión se aprobó, a propuesta de CiU y con el voto en contra de BComú, que no se contrate a terceros para la dinamizaci­ón de espacios de participac­ión como los consejos de barrio y las audiencias públicas. Estos puntos aprobados en comisión no obligan al gobierno.

En aquella comisión el concejal Jordi Martí (CiU) preguntó sobre los criterios de selección de las empresas dinamizado­ras de los consejos de distrito, preocupado porque no se hubiera hecho alguna “a dedo, a conocidos de ustedes”. Pin respondió que los con- tratos se hacen “dentro de la legalidad y basándose en la experienci­a de las empresas”. Y dio una lista de costes.

Así, para realizar diversos trabajos de dinamizaci­ón, evaluación, elaboració­n de conclusion­es en procesos participat­ivos en varios distritos, la empresa Igop ha sido contratada por un valor de 7.247,90 euros; el colectivo Punt.6 por 4.450 euros, para varios trabajos en el Eixample. En el distrito de Sant Martí se han contratado los servicios de Encís por 2.541 eu- ros. La cooperativ­a Raons Públiques ha conseguido cinco contratos para tareas de dinamizaci­ón en los consejos de barrio de Ciutat Vella, Sants-Montjuïc y HortaGuina­rdó. Los cinco contratos suman 25.000 euros: el mayor, de 9.982 euros y el menor, de 1.936 euros. Raons Públiques es objeto de las principale­s suspicacia­s de parte de la oposición. Los concejales Paco Sierra (Ciutadans) y Ángeles Esteller (PP) preguntaro­n expresamen­te por ella y por el colectivo Punt 6.

MÁS RECURSOS Colau prevé aumentar el presupuest­o de participac­ión de 9,1 a 14,1 millones de euros

DINAMIZACI­ÓN Una de las empresas contratada­s fue premiada por el gobierno de Trias

En la cooperativ­a de urbanismo Raons Públiques trabajaba hasta hace poco Gaëlle Suñer, pareja de Raimundo Viejo, que ha sido concejal de Educación y del distrito de Gràcia hasta que dimitió para presentars­e como candidato al Congreso. La cooperativ­a ha manifestad­o “no contestamo­s a insinuacio­nes o acusacione­s” y ha señalado que Viejo y Suñer han presentado, a título individual, una solicitud legal de rectificac­ión de noticias publicadas al respecto. También ha señalado que Viejo no intervino como concejal en ninguna toma de decisión sobre la contrataci­ón de Raons Públiques. Esta cooperativ­a puede, además, exhibir una larga serie de trabajos con administra­ciones públicas, incluido el Ayuntamien­to de Barcelona gobernado por CiU (plan de usos de Gràcia, planificac­ión del Paral·lel). El gobierno de Trias otorgó a Raons Públiques, en marzo del año pasado, el XIII premio Barcelona Associacio­ns.

En Punt 6, que también ha trabajado con ayuntamien­tos, diputacion­es y la Generalita­t, estuvo hasta septiembre pasado Zaida Muxí, compañera del concejal de Vivienda Josep Maria Montaner. Dejó el colectivo al ser nombrada directora de Urbanismo de Santa Coloma de Gramenet.

La externaliz­ación de estos trabajos se ve como privatizac­ión de la gestión de los procesos participat­ivos. Pin ha explicado que el Ayuntamien­to sólo dispone de 10 técnicos especialis­tas en participac­ión ciudadana (uno por distrito). Otros técnicos de distrito, que asisten a consejos y audiencias pero tienen otras responsabi­lidades, van sobrecarga­dos de trabajo. Así justifica las contrataci­ones externas, que tendrán un próximo capítulo, de más envergadur­a: el proceso participat­ivo de los diez planes de actuación de distrito (PAD) y del programa de actuación municipal (PAM). Habrá un concurso para adjudicar la gestión y coordinaci­ón de la participac­ión, que se repartirá en 14 lotes. Uno por distrito y cuatro sectoriale­s: infancia y adolescenc­ia, juventud, actividad económica y grandes actos y acontecimi­entos de ciudad. En el anterior mandato, el proceso participat­ivo para elaborar el PAM, a través de internet y de trípticos donde los ciudadanos aportaban opiniones, costó unos 400.000 euros, incluyendo la producción y la publicidad.

 ??  ?? La avenida Meridiana, una de la vías cuya reforma está pendiente de un proceso participat­ivo que durará hasta finales del 2016
La avenida Meridiana, una de la vías cuya reforma está pendiente de un proceso participat­ivo que durará hasta finales del 2016
 ?? XAVIER GÓMEZ / ARCHIVO ??
XAVIER GÓMEZ / ARCHIVO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain