Réquiem por el televisor
Los datos de Yomvi, servicio de VOD multisoporte de Movistar, revelan la acelerada pérdida de hegemonía de la tele como soporte audiovisual
Las cosas cambian. A veces conviene subrayar lo obvio. Quizá por eso repetían este aserto con solemnidad gótica Batman (Michael Keaton) y el Pingüino (Danny DeVito) en Batman vuelve (1992). Las cosas cambian. En lo que nos atañe, el uso de los vocablos televisión y televisor como sinónimos agoniza. Los datos facilitados ayer por Movistar TV sobre el uso cualitativo y cuantitativo de su servicio de VOD (vídeo bajo demanda) multiplataforma (disponible en el televisor, el ordenador, la tableta y el smartphone) llamado Yomvi revelan la aceleración de este proceso en el que la pantalla que preside el salón es desplazada como soporte hegemónico del contenido audiovisual. La aceleración vista este año responde, por una parte, al despliegue de redes de alta capacidad, pero también a la fusión de Movistar y Canal +y a la integración de su cartera de clientes y oferta en el mayor catálogo de nuestro país. Con él, la compañía hace frente a la reciente entrada en el mercado español del gigante Netflix.
Según los datos facilitados ayer por Pablo Romero, director de contenidos de Yomvi, e Ignacio Fernández Vega, director de Movistar +, su televisión de pago cuenta con cuatro millones de clientes y Yomvi supera el millón de usuarios, entre los que no sólo ha aumentado el número sino, más revelador, se ha duplicado el consumo mensual medio. Es decir, dedica más tiempo al video bajo demanda y menos a los ca-
nales lineales. Hay otros dos datos facilitados ayer por Movistar muy elocuentes sobre lo que está ocurriendo. En primer lugar, los accesos a Yomvi se reparten en casi cuatro cuartos perfectos entre la tele, el ordenador, la tableta y el móvil, si bien cambian los tiempos de consumo (la media por sesión en la tele es de 56 minutos, mientras en el móvil es de 20), y el tipo de contenido: el smartphone es el rey en seguimiento de eventos en vivo, mientras la tableta es el soporte favorito para las series y la tele conserva su hegemonía en las películas. En segundo lugar, tomando como referencia el seguimiento de Juego de tronos , en 2014 éste fue mayoritario en el canal convencional (un 52%), mientras que en VOD lo siguieron el 21% de los clientes. Sólo doce meses después, el visionado en emisión de la nueva temporada ha bajado al 32% y el consumo a petición es ya del 45%. Y este visionado bajo demanda se ha acelerado: para la serie House of Cards, Movistar ha detectado que el 60% de los suscriptores de Yomvi han visto la temporada completa (13 episodios) en la primera semana.
Hay muchos más datos, pero todos apuntan en la misma dirección: el nuevo usuario de la televisión de pago cada vez se interesa más por las series (que han desplazado la preponderancia del cine), las quiere ver al mismo ritmo que el espectador estadounidense, y las quiere ver a pedido, y no en emisión en un canal en línea. Como señaló Romero, este perfil de crecimiento acelerado coincide en sus hábitos e intereses con lo que hasta hace muy poco hacían los usuarios de descargas ilegales, lo que permite deducir que el reiterado aserto de que una oferta legal diligente y con catálogo amplio desplazaría a la piratería era verdad.
Pablo Romero señala el similar perfil de uso y gusto de su cliente con el usuario de descargas ilegales