“He descartado la idea tonta de que debo caer bien a todo el mundo”
Su presencia desata ataques de histeria entre sus admiradores. Basta que ella esté en un lugar para que haya que tomar grandes medidas de seguridad. Pero ya ha aceptado que ser la actriz mejor pagada del planeta tiene sus contratiempos. La ganadora de un Oscar por El lado bueno de las cosas estuvo en la capital alemana para promocionar el último capítulo de Los juegos del hambre, pero también está lista para disputar nuevamente la estatuilla dorada con Joy, la nueva película de David O. Russell.
¿Qué ha aprendido como actriz con Los juegos del hambre?
Mucho. Cuando comencé todo me resultaba muy difícil porque era mucho lo que me estaba pasando. Nunca quise ver el aspecto negativo de cargar con tanta atención porque adoro actuar y no tuve en cuenta que el papel iba a tener un coste personal. Pero ahora tengo otra edad y puedo ver las cosas de otra forma. Me siento mucho más en calma y ya nada me conmociona demasiado. Es horrible lo que voy a decir, pero sospecho que, cuando vuelva a mi casa a pasar las fiestas, voy a encontrar a algún intruso escondido en el jardín, pero ya no va a ser un momento dramático. Llamaremos a la policía. Vendrán y se ocuparán. Una cosa así ya no me va a arruinar la Navidad. Ya no te tomo las cosas con dramatismo como antes.
¿Qué dice la última parte de su franquicia sobre la guerra?
Mucho, porque Katniss tiene que hacer un sacrificio personal para que las cosas cambien. La guerra tiene un coste, consecuencias. Y en ese sentido hemos tratado de no glorificarla. No nos interesaba poner glamur a la violencia, pero era importante mostrar cuál es el sacrificio que implica la guerra y el daño que provoca un gobierno inestable.
¿Le preocupa que los jóvenes que vean la película no se alarmen del nivel de violencia?
Sí, porque hemos perdido sensibilidad frente a la violencia. Cada vez hace falta más para conmocionar a la audiencia. Los reality shows tienen un papel muy importante. Vemos la vida de la gente como entretenimiento y cada vez necesitamos más para entusiasmar al público.
Su escrito sobre la desigualdad de las actrices en Hollywood
ha sido elogiado. ¿Le sorprendió?
Por supuesto. Escribí ese texto por un encargo y me impactó mucho la reacción porque tenía miedo que no se interpretara bien. No me interesaba crear malentendidos, que pensaran que me quejaba de Sony o de mis colegas. La verdad es que si tuviera que volver a hacer La gran estafa americana la filmaría por la misma cifra. El problema no tuvo que ver con el dinero. Lo que ocuhe rrió es que mi propia mentalidad jugó en mi contra, porque siempre pienso que me pagan demasiado.
Tras lo ocurrido, Bradley Cooper se asegura de que sus compañeras de reparto cobren igual. ¿Ha cambiado también usted la forma de negociar sus contratos?
No. Pero me parece asombroso que Bradley haya hecho eso. Espero que otros actores le sigan. Es una persona maravillosa que toma el toro por los cuernos. Le estoy muy agradecida. Yo no he cambiado nada. Mi reclamación no pasa por el dinero. Lo que tengo que cambiar es mi actitud. Antes me preocupaba de si le caía mal a alguien y ahora no. Siento que merezco cierta dosis de respeto y he perdido el miedo a decirlo. No modificado nada en mis contratos porque sigo dispuesta a hacer una película por muy poco si me interesa. Tampoco me preocupa que le paguen más a un compañero de reparto que trabaja más que yo en la película. He madurado a partir de esta situación y he descartado la idea tonta de que le tengo que caer bien a todo el mundo. Antes temía que la persona que me iba a pagar quedara molesta conmigo. Creo que las actrices debemos cambiar nuestra manera de pensar y actuar. Podemos decir lo que pensamos, ser bruscas y expresarnos sin temor a las repercusiones.
¿No le haría sentir bien que a partir de sus declaraciones las cosas cambiaran en Hollywood?
Es el objetivo mayor. Pero el primer paso es reconocer el problema. Estoy en un lugar complicado para ser adalid de la lucha por la igualdad salarial: gano muchísimo. Cuando pedí que nos pagaran más puse una diana en mi cabeza. Pero quiero que nos paguen lo mismo que a los hombres. Las mujeres estamos haciendo cosas maravillosas en la industria y la única manera de que haya un cambio es hablando de esto.