Un Madrid sin defensa
Diez goles en tres partidos derriban el último de los mitos que sostenían a Benítez
El Madrid aseguró el miércoles la primera plaza de su grupo de Champions en Lviv (Ucrania), pero se le derrumbó definitivamente el tercero de los mitos en que se había basado el fichaje de Rafa Benítez en verano. El club despidió a Carlo Ancelotti para reforzar tres parcelas que, a juicio de la directiva y según recordó Florentino Pérez en su rueda de prensa del lunes, se habían descuidado con el entrenador italiano: imponer otra vez el principio de autoridad en el vestuario, mejorar la preparación física para evitar la caída en el rendimiento que se produjo en enero y lograr mayor equilibrio defensivo.
En los tres primeros meses de Benítez al frente de la nave el fracaso era ya notable en los dos primeros apartados. Los jugadores despotricaron enseguida de los métodos de Benítez y el número de lesionados aumentó exponencialmente respecto a la temporada pasada. Sin embargo, el éxito sí parecía notable en cuanto a la fortaleza defensiva. Hasta el partido de Sevilla, el equipo presumía de invulnerable: cuatro goles en contra en diez partidos, el mejor promedio de las grandes ligas. Todo se derrumbó entonces. El Madrid encajó tres goles ante el Sevilla en el Pizjuán, otros cuatro más a manos del Barcelona en el clásico del Bernabeu, ambas goleadas con Keylor Navas en la portería, y por si no quedara clara la crisis de la zaga, otros tres en Lviv en los últimos diez minutos de partido, estos con Kiko Casilla bajo palos. Diez goles en contra en tres partidos, un promedio de equipo en descenso.
Además, los números habrían empeorado si el Madrid no se hubiera salvado de forma casi milagrosa en el partido que ganó al PSG en el Bernabeu, donde los franceses estrellaron tres balones contra el poste y fallaron ocasiones muy claras. Esa noche, mientras Benítez sacaba pecho en la rueda de prensa, los jugadores, en la intimidad del vestuario reconocían que “nos han dado un meneo”, y alguno aventuraba que de seguir así las cosas el futuro inmediato se presentaba con grandes nubarrones. Sabía de lo que hablaba. Hasta primeros de noviembre Keylor era el jugador más decisivo de la Liga, con 27 paradas de gran mérito. El dato de los sólo cuatro goles recibidos tapaba que el costarricense era el portero al que más remataban (113 veces) de las grandes ligas. Si con Ancelotti al Madrid le chutaban a gol 11,9 veces por partido, ya antes de la debacle, al equipo de Benítez le disparan un promedio de 12,5 veces por encuentro.
Benítez siempre encuentra excusas para negar los malos números. En Lviv justificó los tres goles del Shakhtar con un “vinieron cuando ya habíamos hecho cuatro”. Otras veces ha echado mano de las muchas lesiones, “que se producen casi siempre, en el 66% de las veces, con las selecciones”. Sin embargo, fuentes del club prefieren explicar el derrumbe de la zaga en la obsesión por rotar del entrenador. En 17 partidos oficiales, Benítez ha utilizado 16 alineaciones distintas.
En cuanto a la preparación física, nunca en su historia el Madrid había sufrido quince lesiones musculares que han afectado a trece futbolistas en tres meses de competición. El último de la lista, Varane, al que Benítez tuvo que cambiar por Danilo en Lviv. El Madrid ha tenido hasta siete jugadores lesionados a la vez por problemas musculares. Ahora tiene sólo tres lesionados (dos musculares) y Ramos, con luxación en el hombro. El problema es que los tres son defensas titulares: Ramos, Marcelo y Varane.
Para el partido de Eibar del domingo Benítez tendrá que recomponer su defensa. Sólo tiene cinco disponibles: Pepe, Carvajal, Nacho, Danilo y Arbeloa. Este último no juega desde el derbi, cuando un fallo suyo propició el empate. Y Danilo, que costó 31,5 millones en verano, aún no ha convencido a nadie.