Una ensaladera blindada en Gante
Bélgica y Gran Bretaña buscan el trofeo entre fuertes medidas de seguridad
La 104.ª final de la Copa Davis de tenis que se disputa desde hoy en Gante (Bélgica) será recordada por varias razones, y no sólo deportivas, aunque no deja de ser la primera vez desde 1978 en la que el equipo de Reino Unido está a un paso del título, gracias al buen juego de Andy Murray, y Bélgica llevaba esperando una ocasión similar desde 1904. El torneo se disputa bajo la sombra de los atentados del 13 de noviembre en París y en un clima de tensión en Bélgica, con la policía tras la pista de un supuesto grupo de terroristas dispuestos a llevar a cabo un ataque similar a los de la capital francesa, como insiste en recordar el primer ministro, Charles Michel a pesar del efecto poco tranquilizador de sus palabras.
Pero, por suerte para los aficionados y los equipos que disputarán la final, la competición no se había organizado en Bruselas sino a 50 kilómetros, en Gante. Y mientras la capital ha estado en nivel cuatro de alerta terrorista, el máximo posible, en el resto del país no ha pasado del nivel tres.
Las autoridades belgas no han recomendado por tanto suspender la final de la Copa Davis, como sí ha ocurrido con los encuentros de fútbol y baloncesto de la liga profesional desde el pasado fin de semana, ni se ha propuesto que se dispute sin público, como va a ocurrir el domingo con el partido Anderlecht-Lovaina y pasó ayer con el Brujas-Nápoles por no haber policías suficientes disponibles para garantizar la seguridad. La prioridad de los belgas desde hoy es asegurar que el prestigioso torneo de tenis transcurre sin sobresaltos.
“El dispositivo de seguridad que hemos desplegado no tiene nada que ver con el que teníamos previsto antes del 13 de noviembre”, explica a este diario Gijs Kooken, presidente de la federación de tenis de Flandes, responsable de la organización. Entre las medidas de seguridad adicionales que se han comunicado a los 12.500 espectadores que se espera recibir cada día es que vayan con tiempo, porque puede haber colas y que no estarán autorizadas las mochilas. El dispositivo incluye medidas sobre las que no se ha informado al público, por ejemplo sobre las entregas de los proveedores, asegura la federación, en contacto permanente con la Federación Internacional de Tenis para asegurar la celebración del torneo. ¿Seguro que no ocurrirá como con el España-Bélgica, que
“El dispositivo de seguridad no tiene nada que ver con el previsto antes de París”
se canceló con menos de 24 horas de preaviso? “No podemos garantizarlo al 100%, claro, porque si nos llega información diferente del gobierno habría que aceptar la situación, pero no tenemos ninguna indicación en ese sentido”, afirma.
La alerta terrorista sin embargo impedirá a los organizadores presumir de ciudad. El sorteo de los equipos y la fiesta de bienvenida para la prensa internacional, que debía haberse celebrado ayer en el centro de Gante en la Antigua Lonja tuvo lugar finalmente en Flanders Expo, el macroespacio ferial donde se ha montado el campo, las gradas y una amplia zona de ocio.
El equipo británico aplazó un día su llegada a Bélgica a la espera de conocer el nuevo dispositivo de seguridad. Murray, que sobrevivió a la masacre infantil de Dunblane en 1996 y es muy sensible a estas cuestiones, se dio por satisfecho. Su prioridad ahora es “no dejar pasar la oportunidad” histórica de ganar la Copa Davis, un trofeo que los británicos no conquistan desde 1936. Seguramente espera tener algo que celebrar: Murray ha llegado a Gante con toda su familia y sus mejores amigos.