Botín y Linde abogan por evitar las malas prácticas bancarias
Los expertos admiten que será difícil volver a los niveles de rentabilidad precrisis
Coincidencia o no, la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, y el gobernador, Luis María Linde, enviaron ayer el mismo mensaje al sector financiero: “Hay que acabar con las malas prácticas bancarias porque constituyen un riesgo para la estabilidad financiera”.
En opinión de Botín, “cuando los bancos se comportan de forma responsable pueden competir y prosperar con sus clientes”. La número uno del banco recordó unas palabras de la directora gerente del FMI, Cristine Lagarde, que dijo recientemente que “sin integridad, hasta la mejor regulación y el mejor gobierno corporativo son vulnerables”.
En la misma línea, aunque si cabe más duro, se manifestó Linde quien precisó que “el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) ya ha advertido de los problemas de conducta que se han detectado en algunas entidades, que podrían impactar en el negocio y afectar de forma negativa a la confianza del sector”. De ahí, subrayó, que el BCE está haciendo mucho hincapié en el gobierno corporativo para promover la prevención y mitigar las malas prácticas. A su juicio, “tras las medidas aprobadas tras la crisis, la banca es más resistente, pero aún persisten algunas debilidades”.
En este contexto de analizar el futuro del sistema bancario, que ya no volverá a ser lo que fue, Botín argumentó que “no es posible alcanzar los niveles de rentabilidad anteriores a la crisis. A lo que añadió: “Durante los últimos años, el coste de capital se ha mantenido en niveles cercanos al 10% para los bancos europeos, pero la rentabilidad de ese capital ha caído desde el 20% del año 2007 al actual 4%”.
A la octava Conferencia Internacional de Banca, organizada por el Santander, acudieron más de 1.000 analistas financieros, entre los que figuraban representantes de organismos internacionales, como Andrea Enria, presidente de EBA, Jaime Caruana, director del Banco de Pagos Internacionales o Jaime González, presidente del regulador mexicano, entre otros. De España destacó la presencia del ministro de economía, Luis de Guindos, el presidente de la patronal bancaria (AEB) José María Roldán o el propio gobernador, Luis María Linde.
Botín recordó que “los bajos tipos de interés y el débil crecimiento de las economías desarrolladas” constituyen dos retos para el sector. Reiteró que con la exigente regulación la banca está más capitalizada y recordó que el capital de primera calidad ( tier 1) de los bancos europeos pasó del 9% en 2009 al 12% en el primer trimestre del 2015. Entre 2010 y 2015, afirmó, “los bancos aumentaron capital por valor de 283.000 millones de euros”.
No obstante, las exigencias de capital y solvencia han llegado para quedarse. En su intervención, Linde hizo referencia a la normativa europea de Basilea III, que en su opinión “será un desafió para el sector”, además de la puesta en marcha de un colchón anticrisis, que debe cubrir un 16% de sus activos ponderados por riesgo. A partir del 1 de enero de 2022, este porcentaje, conocido como TLAC -acrónimo de total loss absorbing capacity- debe alcanzar un 18 %. Este ratio lo tendrán que cumplir las entidades sistémicas, pero las que no pertenecen a esa categoría cumplirán otro ratio cuyo porcentaje aún está por decidir.