Iglesias y Rivera triunfan en la universidad con su aire de cambio
El líder de C’s afea al de Podemos su no al pacto antiyihad y su lista con Bildu
La nueva política de los partidos emergentes irrumpió ayer con brío y éxito en la Universidad de Madrid. Más de dos mil estudiantes –aunque apenas la mitad pudieron entrar– acudieron al vibrante debate que, en abucheada ausencia de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez por renuncia de ambos, Pablo Iglesias y Albert Rivera celebraron en el salón de actos de la Carlos III, con el radiofonista Carlos Alsina como moderador.
Un rifirrafe sobre terrorismo dio lugar al único momento de tensión en un intercambio por lo demás caracterizado por el fair play de los contendientes. Ocurrió cuando Alsina sacó el tema del pacto de Estado contra el yihadismo promovido por el Gobierno y el PSOE y al cual el jueves se sumaron Ciudadanos y otras formaciones pero no Podemos. “Comprendo que no os sintáis cómodos cuando hablamos de un pacto antiterrorista”, soltó el líder de C’s. “Lo que acabó con ETA no fue un acuerdo con Bildu sino un pacto contra el terrorismo”, agregó Rivera en alusión a la lista al Senado que Podemos ha formado con miembros de esa coalición independentista en Navarra. Y sentenció: “No creo que alguien pueda ser presidente del Gobierno de España sin estar en un pacto de Estado como este”.
En su defensa, Iglesias alegó que su formación “no va en ninguna lista con Bildu sino con figuras destacadas contra la corrupción que además han condenado el terrorismo”. Y trató de contraatacar a Rivera recordando otros acuerdos suscritos por C’s: “Algunos pactos de Estado no me convencen; yo no firmaría con el PP uno contra la corrupción porque pensaría que me están tomando el pelo”, dijo.
Los estudiantes aplaudían a rabiar a cada afirmación o respuesta que les parecía acertada. Y no fueron pocas las ovaciones para uno y otro líder. El clima de entusiasmo y la sensación de frescura que se respiraron de principio a fin del acto impresionó a unos periodistas y acompañantes de los dirigentes acostumbrados a los archiconocidos rituales de los debates en plató o estudio de radio y –como dijo la presentadora, María Ruiz– hartos ya de tanto “plasma”.
Iglesias y Rivera coincidieron en interpretar el debate como hito de lo que para ambos es o debería ser el preludio de una “segunda transición”. “Muchas gracias, 1978. Hola, 2016”, dijo el dirigente de la coleta para significar al mismo tiempo las virtudes y el carácter obsoleto que para él tienen los acuerdos de la Moncloa y la Constitución. “Somos afortunados porque tenemos la posibilidad de transformar las cosas. Nos toca protagonizar una nueva etapa”, señaló por su parte Rivera, ya al final del debate y cuando la hora y media prevista se había desbordado casi tanto como el salón
Sólo el desliz de Rivera al recomendar a Kant sin haberle leído y un gazapo de Iglesias quitaron brillo al debate
de actos. El líder de Ciudadanos citó a Adolfo Suárez para abogar por hacer que “lo normal en la calle sea lo normal en las instituciones”.
Sólo un patinazo del propio Rivera al recomendar al filósofo Immanuel Kant a la vez que admitía no haber leído ninguna de sus obras, así como un gazapo de Iglesias al sugerir La ética de la razón pura (en vez de La crítica...), empañaron mínimamente el brillo de un acto inédito y emotivo que tanto Alsina como la presentadora y presidenta de la entidad organizadora, la Asociación Demos, consideraron “histórico”.
Decenas de estudiantes levantaron la mano para preguntar a los dos líderes, pero por obvias razones de tiempo la mayoría se quedaron con las ganas. Fueron dos horas intensas, sin perdedores.
“¡Y dicen que a los jóvenes no nos interesa la política!”, exclamó la presentadora, María Ruiz. Con toda la razón.