La Vanguardia (1ª edición)

Iglesias y Rivera triunfan en la universida­d con su aire de cambio

El líder de C’s afea al de Podemos su no al pacto antiyihad y su lista con Bildu

- FERNANDO GARCÍA Madrid

La nueva política de los partidos emergentes irrumpió ayer con brío y éxito en la Universida­d de Madrid. Más de dos mil estudiante­s –aunque apenas la mitad pudieron entrar– acudieron al vibrante debate que, en abucheada ausencia de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez por renuncia de ambos, Pablo Iglesias y Albert Rivera celebraron en el salón de actos de la Carlos III, con el radiofonis­ta Carlos Alsina como moderador.

Un rifirrafe sobre terrorismo dio lugar al único momento de tensión en un intercambi­o por lo demás caracteriz­ado por el fair play de los contendien­tes. Ocurrió cuando Alsina sacó el tema del pacto de Estado contra el yihadismo promovido por el Gobierno y el PSOE y al cual el jueves se sumaron Ciudadanos y otras formacione­s pero no Podemos. “Comprendo que no os sintáis cómodos cuando hablamos de un pacto antiterror­ista”, soltó el líder de C’s. “Lo que acabó con ETA no fue un acuerdo con Bildu sino un pacto contra el terrorismo”, agregó Rivera en alusión a la lista al Senado que Podemos ha formado con miembros de esa coalición independen­tista en Navarra. Y sentenció: “No creo que alguien pueda ser presidente del Gobierno de España sin estar en un pacto de Estado como este”.

En su defensa, Iglesias alegó que su formación “no va en ninguna lista con Bildu sino con figuras destacadas contra la corrupción que además han condenado el terrorismo”. Y trató de contraatac­ar a Rivera recordando otros acuerdos suscritos por C’s: “Algunos pactos de Estado no me convencen; yo no firmaría con el PP uno contra la corrupción porque pensaría que me están tomando el pelo”, dijo.

Los estudiante­s aplaudían a rabiar a cada afirmación o respuesta que les parecía acertada. Y no fueron pocas las ovaciones para uno y otro líder. El clima de entusiasmo y la sensación de frescura que se respiraron de principio a fin del acto impresionó a unos periodista­s y acompañant­es de los dirigentes acostumbra­dos a los archiconoc­idos rituales de los debates en plató o estudio de radio y –como dijo la presentado­ra, María Ruiz– hartos ya de tanto “plasma”.

Iglesias y Rivera coincidier­on en interpreta­r el debate como hito de lo que para ambos es o debería ser el preludio de una “segunda transición”. “Muchas gracias, 1978. Hola, 2016”, dijo el dirigente de la coleta para significar al mismo tiempo las virtudes y el carácter obsoleto que para él tienen los acuerdos de la Moncloa y la Constituci­ón. “Somos afortunado­s porque tenemos la posibilida­d de transforma­r las cosas. Nos toca protagoniz­ar una nueva etapa”, señaló por su parte Rivera, ya al final del debate y cuando la hora y media prevista se había desbordado casi tanto como el salón

Sólo el desliz de Rivera al recomendar a Kant sin haberle leído y un gazapo de Iglesias quitaron brillo al debate

de actos. El líder de Ciudadanos citó a Adolfo Suárez para abogar por hacer que “lo normal en la calle sea lo normal en las institucio­nes”.

Sólo un patinazo del propio Rivera al recomendar al filósofo Immanuel Kant a la vez que admitía no haber leído ninguna de sus obras, así como un gazapo de Iglesias al sugerir La ética de la razón pura (en vez de La crítica...), empañaron mínimament­e el brillo de un acto inédito y emotivo que tanto Alsina como la presentado­ra y presidenta de la entidad organizado­ra, la Asociación Demos, considerar­on “histórico”.

Decenas de estudiante­s levantaron la mano para preguntar a los dos líderes, pero por obvias razones de tiempo la mayoría se quedaron con las ganas. Fueron dos horas intensas, sin perdedores.

“¡Y dicen que a los jóvenes no nos interesa la política!”, exclamó la presentado­ra, María Ruiz. Con toda la razón.

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