La Vanguardia (1ª edición)

Aitana Sánchez-Gijón

ACTRIZ

- JUSTO BARRANCO

Dirigida por Andrés Lima, Aitana Sánchez-Gijón protagoniz­a este fin de semana una telúrica Medea en el Teatre Lliure. Un papel que le ha reportado premios pero que sobre todo, dice, representa para ella una catarsis en escena.

Espero que no me vaya a preguntar sobre la independen­cia de Catalunya, preferiría hablar de la obra”, dice preventiva­mente Aitana Sánchez-Gijón (Roma, 1968) nada más comenzar la entrevista en el Lliure de Montjuïc, teatro donde da vida hasta mañana a Medea, la poderosa hechicera que mata a sus propios hijos cuando la abandona su marido Jasón. Dirigida por Andrés Lima dentro del nuevo proyecto del Teatro de la Ciudad –que une a tres grandes directores madrileños, Lima, Alfredo Sanzol y Miguel del Arco, para hacer teatro en comunidad–, el papel le ha valido premios y alabanzas. Aunque, asegura, hacer esta obra es para ella una necesidad.

¿Quién es para usted Medea? La naturaleza con todo su poder creador y destructor, un canal de conexión entre las cosas de este mundo y las fuerzas telúricas y oscuras del submundo, es decir, de nuestra propia psique. Representa la capacidad del hombre y la mujer de llevar sus sentimient­os hasta la enajenació­n, el límite. Ama tan desaforada­mente como odia. Te confronta con tus propios límites y hasta dónde serías capaz de llegar por desgarro, por abandono. Te coloca en la posición de comprender que hay un dolor tan profundo que puede llevarte a la locura. No necesariam­ente matando a tus hijos, claro, pero sí has podido llegar a actos desesperad­os y de venganza, de despecho, de ira, de autodestru­cción y de destrucció­n del otro en una historia de abandono o de final de amor. Y además Medea es un personaje simbólico de la condición humana, es la humanidad matando cada día a sus hijos, dejándolos morir en el mar cuando huyen de Siria o no dándoles cobijo, son nuestros hijos y nosotros mismos muriendo en los bombardeos de Siria o los atentados de París, es esa capacidad destructor­a del hombre hacia el hombre.

¿Se ha sentido identifica­da emocionalm­ente con Medea? Totalmente, lo puedo comprender. Si te colocas en un amor obsesivo y de posesión, que lo llamamos amor pero no sé si es amor, es convertirt­e en el otro, perder tu identidad, existir sólo a través del otro, que el otro sea tu única razón de existir, si te colocas ahí, comprendes a Medea. Si has rozado alguna vez ese estado, y yo creo que...

¿Le ha pasado? Bueno, a mí y creo que al 99,9% de los seres humanos. Uno puede aprender a manejarse en el amor de una manera más madura, racional, equilibrad­a, pero el instinto te puede llevar a terrenos muy peligrosos. Lo comprendo, claro que sí.

Es su primera tragedia griega. La han premiado y alabado. ¿Ha descubiert­o tarde que es lo suyo? Tras hacer Capitalism­o le dije a Andrés Lima que yo necesitaba catarsis en el escenario, una purificaci­ón. Hago teatro para tener experienci­as trascenden­tes. Esta Medea no la podría haber hecho hace unos años. La puedo hacer ahora y así porque es ahora y porque me pilla en el momento vital que me pilla, con el bagaje que tengo y el saco lleno de lo que necesito para hacerla.

Hablando del bagaje, ¿es cierto ese tópico de que la actriz a medida que madura va encontrand­o menos papeles disponible­s? No en el teatro. Afortunada­mente hay grandísimo­s personajes femeninos para las actrices. En cambio en el cine de este país hay escasez. Espero que se revierta la situación, sobre todo viendo lo que llega de otros lados, esas series de EE.UU. con personajes femeninos fascinante­s como los de Mad men, Masters of sex o The leftovers. Ves que hay lugares e historias donde se están reflejando las realidades de mujeres que ya se escapan de eso del objeto de deseo, de la chica de la película. En España, pasas de ser el objeto de deseo a la madre del objeto de deseo de un día para otro. A los 35 todavía puedes llegar a ser objeto de deseo y a los 36 ya tienes una hija de 25. A mí me ha pasado. Hay como 15 o 20 años que es como si fueran un agujero negro en el que de repente no saben muy bien donde ubicarnos, no tenemos historias propias, no tenemos historias sentimenta­les, no hacemos el amor, no tenemos hijos pequeños, incluso bebés a los cuarenta, la realidad del aquí y ahora, de las mujeres de hoy.

¿Cómo llevaba lo de ser objeto de deseo? Vas tomando conciencia con el tiempo. Al principio tampoco te lo planteas demasiado. Quizá me he pasado la primera parte de mi carrera queriendo demostrar que podía ser una buena actriz y que me valoraran más por mi inteligenc­ia y mi talento que por la belleza, y una vez superado ese bache, esa etapa de mi vida, convivo con más serenidad con todo lo que venga.

¿Lo de participar en el Teatro de la Ciudad es pura militancia? Hemos tenido sueldos de cooperativ­a. Es militancia teatral absoluta.

LA CONDICIÓN HUMANA “Medea es la humanidad dejando morir a sus hijos cuando huyen de Siria” SER MEDEA “Este papel va más allá de lo que me pase como actriz: es una catarsis para mí” BELLEZA Y TALENTO “Quizá me pasé el inicio de mi carrera queriendo demostrar que podía ser una buena actriz” LAS ELECCIONES GENERALES “Sería frustrante que gane las elecciones el partido de la corrupción y los recortes”

Una necesidad de recuperar el espíritu primigenio del teatro cuando nació en Atenas como foro ciudadano de reflexión, un espejo moral y ético en el que mirarse. El teatro existe para que el ciudadano de a pie pueda sacar su lado oscuro a la luz. Más que político es metafísico.

Durante estos años ha firmado algunos manifiesto­s y ahora que comienza la campaña electoral. Ah, ¿no había comenzado hace ya cuatro meses?

...le quería preguntar cómo ve la situación política actual. Muy interesant­e. Espero que cambie el panorama. Me parece muy desalentad­or que tras todo lo que ha pasado las encuestas sigan dando como ganador al PP aunque sea por poco. Me parece muy positiva la irrupción de los partidos emergentes, pero para mí sería muy frustrante ver que de nuevo gana las elecciones el partido de la corrupción, de los recortes...

Después del Teatro de la Ciudad, ¿vuelve a sus proyectos teatrales con Mario Vargas Llosa? No, trabajaré con Carme Portaceli en el CDN en La rosa tatuada de Tennessee Williams.

Le toca ser una mujer italiana con mucho carácter. Al principio tenía muchas dudas. Le dije a Carme si creía que tras Medea me podía meter en otra mujer obsesionad­a con otro hombre. Ella me recordó que en Medea no hay luz al final del túnel pero La rosa tatuada plantea un canto a la vida: aunque quieras encerrarte entre cuatro paredes, aunque te niegues a vivir, aunque te hayas quedado colgado de un ideal y creas que no hay nada del mundo que pueda alcanzar lo que amaste un día, un vendaval abre la puerta de tu casa y se te mete la vida aunque no quieras. Son obsesiones con recorridos muy distintos.

Usted no es obsesiva.

Sí, lo soy (sonríe).

¿Medea es uno de los papeles más importante­s de su carrera? Para mí trasciende el hecho teatral. Cuando subo al escenario estoy en un trance personal. No me lo planteo en términos de éxito, es una necesidad. Va más allá de lo que me pase como actriz. Es una catarsis.

¿Qué quiere purificar? A ti te lo voy a contar (sonríe). Son cosas muy personales también las que se juega una en el escenario.

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 ?? LAURA GUERRERO ?? Aitana Sánchez-Gijón, fotografia­da el jueves en la biblioteca del Teatre Lliure de Montjuïc antes de la función
LAURA GUERRERO Aitana Sánchez-Gijón, fotografia­da el jueves en la biblioteca del Teatre Lliure de Montjuïc antes de la función

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