Macri visita a Rousseff en su peor momento, tras el ‘impeachment’

Cuando Dilma Rousseff modificó su agenda para recibir a Mauricio Macri antes de que asuma el poder el jueves, la presidenta brasileña no sabía que apenas 48 horas antes de encontrarse en Brasilia con su principal socio estratégico el Congreso habría iniciado el proceso de impeachment o destitución contra ella.

Aun así la primera visita de Macri al exterior desde su victoria electoral se mantuvo. El futuro presidente argentino manifestó que vio “muy tranquila” a Rousseff, a pesar de la inestabilidad política en que ha quedado sumido Brasil. El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, implicado en el escándalo de corrupción de Petrobras, decidió el miércoles aceptar una de las 34 peticiones de juicio político, en este caso, por maquillar las cuentas públicas del 2014.

Rousseff y Macri hablaron de la situación en Venezuela ante las elecciones de mañana y, según el argentino, ambos comparten la misma “preocupación”. No obstante, la brasileña está en desacuerdo con la postura de Macri de pedir la exclusión de Caracas del Mercosur en la próxima cumbre del bloque en Asunción, el 21 de diciembre, por encarcelar a opositores.

También enviaron un mensaje a la UE para que haga una contrapropuesta que permita iniciar las conversaciones definitivas para firmar el acuerdo de libre comercio con el Mercosur. Macri y Rousseff “renovaron su expectativa de que la UE cumpla el compromiso asumido en junio del 2015 y finalice su oferta cuanto antes”, dice un comunicado de la presidencia brasileña.

Macri mostró sus mejores armas para caer bien en el país vecino. “Soy un argentino que, cuando la selección argentina pierde, mi segundo equipo es Brasil. Sé que será una decepción para mi país, pero quiero contagiar a más argentinos a pensar de esa manera, y también a los brasileños porque tenemos un futuro unido”, indicó Macri, antes de viajar a São Paulo para reunirse con empresarios y, luego, directamente a Santiago para encontrarse con su otra influyente vecina, la chilena Michelle Bachelet.

Rousseff confirmó que el jueves asistirá en Buenos Aires a la toma de posesión de Macri. Una ceremonia que se prevé movida, ya que la presidenta, Cristina Fernández, sigue sin aceptar entregar el bastón de mando en la Casa Rosada e insiste en hacerlo en el Congreso. Los equipos del mandatario entrante y saliente están duplicando las invitaciones para el acto.

El presidente electo argentino y la líder de Brasil hablan de su “preocupación” sobre Venezuela