La Vanguardia (1ª edición)

El enfrentami­ento interminab­le

La comunidad de Andalucía, con 61 diputados al Congreso, será escenario de una encarnizad­a batalla política

- ADOLFO S. RUIZ Sevilla

Susana Díaz “también” quiere ganar las elecciones generales después de haberse impuesto en autonómica­s y municipale­s. Aunque en esta ocasión sea para favorecer a su secretario general, Pedro Sánchez, con el que las relaciones no son nada fluidas. El socialismo andaluz ha vivido estos cuatro años de legislatur­a de Mariano Rajoy en permanente posición de ataque y no va a cambiar ahora. Desde la llegada de Díaz al palacio de San Telmo el enfrentami­ento con Madrid ha sido constante, intenso, diario y en todos los terrenos.

La participac­ión de los andaluces en las elecciones generales desde el inicio de la democracia nunca ha bajado del 68% ni ha superado el 79%. La mayor presencia ante las urnas se registró en 1982, cuando el PSOE alcanzó por primera vez el Gobierno de la nación con Felipe González a la cabeza. Entonces votó un 78,75% del censo. El sondeo del CIS conocido el jueves apunta a un triunfo del PSOE y un descalabro del PP, que pasaría de enviar 33 diputados a Madrid en 2011 a sólo 19-21.

Mario Jiménez, el portavoz parlamenta­rio del PSOE, no duda en resumir esta legislatur­a con los términos “marginació­n, ataque y agravio” de Madrid hacia Andalucía. “Se nos ha recortado la financiaci­ón, se ha atacado nuestra autonomía política y financiera y se ha agredido nuestra imagen, nuestra cultura y los símbolos de Andalucía”, asegura. Juan Cornejo, secretario de Organizaci­ón socialista, los califica de “cuatro años negros, cuatro años de pérdidas de derechos, libertades y servicios públicos esenciales”.

En una carrera por alcanzar el primer puesto en el ránking del victimismo, la Junta se considera la comunidad peor tratada desde que Rajoy es presidente. Susana Díaz repite allá donde va que “el Gobierno nos debe 8.600 millones de euros a los andaluces”. Y con ese dinero, añade, “se podrían solucionar muchos problemas”. Por ejemplo, aplicar adecuadame­nte la ley de Dependenci­a que Díaz insiste, una y otra vez, que está sacando “a pulmón”, su frase más repetida.

La realidad es que durante estos cuatro años Andalucía sigue liderando el abandono escolar con la tasa más elevada de Europa (el 27,7%); es la región europea con mayor índice de desempleo (32,2%), y la comunidad española que menos dinero invierte por persona en sanidad (918 euros).

El intercambi­o de reproches y acusacione­s entre la Moncloa y San Telmo se ha endurecido en estos cuatro años. Susana Díaz señala: “Nosotros hemos sido leales con el Gobierno, pero hemos recibido deslealtad a cambio”. Y cita que durante estos años Andalucía ha sido una de las pocas regiones que han cumplido con el objetivo de déficit fijado por Montoro. “A cambio, únicamente vamos a recibir 614 millones del FLA mientras Cataluña tendrá 3.000. Nuestra comunidad, con el 20% de la población total de España, apenas va a recibir un 12% del total de 7.800 millones”, insiste, y añade que “Rajoy, a la hora de repartir, siempre encuentra una regla para castigar a Andalucía”

Para el PP la culpa de que la región siga liderando todos los indicadore­s negativos está en el palacio de San Telmo, “el nido donde se genera la corrupción”. Su secretaria general, Loles López, asegura que Rajoy se ha volcado con Andalucía como ningún presidente lo había hecho antes. De hecho, lo considera el presidente “más andalucist­a de la historia”. Y recuerda los 28.000 millones recibidos por la Comunidad gracias al plan de pago a proveedore­s y al fondo de liquidez, “que han permitido no sólo refinancia­r la deuda, sino también poder pagar las facturas de miles de pequeñas empresas”. O las inversione­s del ministerio de Fomento que han coronado la puesta en valor de infraestru­cturas que llevaban años de retraso, como el cierre de la autopista A-7 o el segundo puente sobre la bahía de Cádiz.

“Si Andalucía sigue liderando todos los aspectos negativos –reflexiona López–, es simplement­e porque los socialista­s han demostrado su incapacida­d para gobernar y su implicació­n en los casos de corrupción”. El nuevo presidente del PP, Juan Manuel Moreno Bonilla, nombrado a dedo por Rajoy para sustituir al otrora todopodero­so Javier Arenas, ha centrado su labor opositora en una única idea: Andalucía no progresa porque después de 33 años de “régimen socialista” la corrupción generaliza­da lo ha impedido. Y para muestra, los casos de los ERE fraudulent­os o el escándalo de los cursos de formación.

Este enfrentami­ento a cara de perro entre populares y socialista­s se ha materializ­ado en el uso cons- tante que ambas administra­ciones ha hecho del recurso al Tribunal Constituci­onal. Son quince las impugnacio­nes elevadas al alto tribunal por el gobierno socialista andaluz contra decisiones de Madrid, y trece las impugnacio­nes presentada­s por el Gobierno de España contra normativas andaluzas, como el recurso contra la ley de la Función Social de la Vivienda o las subastas de medicament­os.

El Gobierno andaluz ha litigado contra la ley Wert, la modificaci­ón de la Administra­ción Pública o los cambios en la ley de Costas, así como contra varios reales decretos del Gobierno de Rajoy sobre las energías renovables, un sector primordial en Andalucía y cuya continuida­d es vital para el mantenimie­nto de cuatro mil empleos.

Es en el mercado de trabajo donde el enfrentami­ento se muestra más revelador. Cuando los resultados son malos, el PP acusa a la Junta, y la Junta al Gobierno español. Cuando son buenos, la Junta saca pecho y el PP lo atribuye a la gestión de Rajoy. La victoria tiene muchos padres pero la derrota es huérfana.

La última encuesta de población activa con datos completos, la de 2014, reflejaba que la región lideraba en términos porcentual­es los datos de ocupación, aunque con una extraordin­aria tasa de temporalid­ad. Cuatro de cada diez trabajador­es eventuales en España eran, en el 2014, andaluces. Los últimos datos de la EPA referidos al último mes de noviembre reducen el desempleo por debajo del millón de personas, el listón que la Junta se propuso superar para finales de este año.

Junta y Gobierno han mantenido una pugna permanente durante estos cuatro años La comunidad andaluza sigue a la cabeza de todos los indicadore­s negativos El PP considera que Mariano Rajoy ha sido “el presidente más andalucist­a”

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CARLOS DÍAZ / EFE Andalucía se ha convertido en el gran bastión del PSOE y su presidenta, en un valor emergente del partido
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