Miradas que inspiran
El coleccionista de arte Ramon Mascort (Barcelona, 1930) todavía recuerda la primera fotografía que hizo a los siete años. “Mi padre había comprado por trece pesetas una antigua Kodak Baby cuadrada, de baquelita. De vez en cuando me daban dinero para un carrete de 6x9 y con aquello empecé a hacer fotos. Al principio retrataba cualquier cosa, sin más idea, pero a medida que me iba haciendo mayor me atraían los sentimientos que despertaban las imágenes”, explica Mascort sobre un arte por el que siempre ha sentido una gran pasión y afición.
Ahora, la casa Galibern de Torroella de Montgrí, sede de la fundación que Mascort creó en el 2007 para divulgar el arte y la historia de forma altruista, exhibe más de un centenar de fotos en color que este abogado, empresario y mecenas ha tomado en los viajes de ocio que desde el año 2002 le han llevado principalmente por países del Sudeste Asiático como Camboya, Vietnam o Indonesia y las islas del Pacífico.
Es la primera vez que Mascort da a conocer su obra fotográfica, aunque reconoce que le ha “costado mucho” tomar la decisión de mostrar públicamente una obra tan personal como es la fotografía. La muestra, cuyo comisario es el fotógrafo Jordi Mas, reúne 150 retratos en los que la mirada humana, ya sea de niños, jóvenes o adultos, es la gran protagonista. “Busco captar un sentimiento especial”, afirma.
Cada imagen se acompaña de una palabra con la que Mascort sintetiza el sentimiento que tenía cuando se disparaba la cámara o lo que creía que pensaba el protagonista. Palabras como fuerza, profundidad, paz… acompañan a algunas fotos, así como un mapa del lugar donde fueron tomadas. “Las miradas dicen tantas cosas… especialmente si son de niños o seres inocentes que aún no han aprendido a falsear lo que sienten”, concluye Mascort.