Fallas que queman
SIN REFERENCIAS. Lo del Valencia es incomprensible. No porque hayan echado al entrenador sino porque es el mismo que hace tres meses les devolvió a la Champions y al que ya estaban abroncando en la jornada 2. Hace tiempo que la afición perdió la noción de una exigencia lógica, ya que también fueron fríos con Emery tras clasificarles tres años seguidos terceros de la Liga. Mestalla es una falla que quema tanto a propios como a extraños, ya que siempre es un campo difícil y hostil. No es tan bueno como parece visitarlo sin referencias: el Valencia ya no es el de Nuno pero todavía no es el de Gary Neville, de modo que Luis Enrique no puede advertir a sus hombres sobre qué peligros afrontan. Voro arrastra diez bajas, casi todas de potenciales titulares: no tiene un lateral derecho puro, ni al líder de la defensa –Mustafi–, el centro del campo anda debilitado sin Javi Fuego y André Gomes, y no le será fácil encontrar apoyos ofensivos para Alcácer al no disponer de Feghouli, Rodrigo o Negredo. A pesar de todo, el Valencia sólo ha perdido una vez en Mestalla desde hace un año, cuando Busquets en el tiempo añadido dio los tres puntos al Barça. De modo que la premisa es mantener el tono competitivo de las últimas semanas para evitar sorpresas. FILIAL DECEPCIONANTE. Que Luis Enrique sólo convocara a tres jugadores del B contra el Villanovense cuando podían jugar hasta cuatro ya fue un aviso, y ayer lo explicitó: no está contento con el rendimiento del filial. Antes se llevaba a Gumbau y ahora a Samper, pero sólo por las lesiones del primer equipo. La advertencia, sin embargo, no debe ser sólo para los chavales sino para el club: el Barça B es hoy un solar. RESPETO. Me pareció lógico que Luis Enrique dejara a su equipo con 10 contra el Villanovense tras la lesión de Mathieu. Con 6-1, faltando diez minutos y con los recambios fríos en el banquillo, arriesgar era absurdo. Entre los regates de Neymar y las no sustituciones, estamos deformando lo que realmente son faltas de respeto.