UN GIRO POR LA FUERZA

Si su antecesora en el corazón siempre destacó por la elegancia clásica hasta que un día, harta de todo y de todos, se dejó vestir y peinar para rejuvenecer bajo el dictado de la tendencia, ella ha recorrido el camino inverso. En efecto, Julie Gayet ha pasado de ser una enloquecida fashionista a tontear con la elegancia contenida... como de primera dama. Antes iba de look en look sin pensarlo, según le dictara el momento y la moda, y era capaz de abrazar las presencias más sexis, con amplios escotes, prendas midis y transparencias que, todos lo entienden, no tienen entrada en el Elíseo. Para hacer este cambio conveniente, Gayet no ha ido por libre: se ha puesto en manos de una maestra. Ella es Nadia Chmilewsky, la especialista en vestuarios de cine a la que conoció en el 2011, rodando Nos plus belles vacances... Ahora, cinco años después y quizá pensando en las vacaciones que pueden depararle sus coqueteos con el presidente, la actriz ha atendido a la estilista y ha aprendido la lección. Ahora su look se inscribe dentro del clasicismo chic, para que se entienda su presencia como un savoir faire francés en toda regla. Por lógica irá retirando de su armario sus vestidos fetiche que lucía, como tantas ahora, sin sujetador... dejando muy poco a la imaginación de un topless que dejó de ser secreto desde que copó la portada de Interviú. Puede que Chanel siga siendo su marca de cabecera y hasta que no renuncie al atrevimiento en verdes y fucsias, pero lo que seguro que también cambiará pronto será su afición por maltratar el pelo. A la que muchos descubrieron sobre una motocicleta y, como su amante, camuflada bajo un casco la hemos visto con corte a lo garçon y con un rubio platino que ahora no toca. ¿Y ahora? Pues otro giro. Se suma a la naturalidad de la melena rubia y cuidada, muy chic, muy de buena francesa.