La Vanguardia (1ª edición)

La ultraderec­ha al asalto regional

Francia celebra hoy la primera vuelta de unas elecciones regionales marcadas por el endurecimi­ento interno

- RAFAEL POCH París. Correspons­al

De nuevo el Frente Nacional en el centro del escenario. En esta Francia confundida, dominada por el dolor y la rabia (“rabia” es el sentimient­o que declaran sentir sus ciudadanos en un 81%), sumida en la retórica de guerra y del endurecimi­ento interno con el que su gobierno intenta responder a la amenaza yihadista, la ultraderec­ha se siente cómoda.

Se diría que los atentados y la respuesta que han suscitado acomodan a la única fuerza en alza de su espectro político. Las encuestas revelan que ya no es “el paro”, sino “la seguridad”, lo que los franceses identifica­n como primera preocupaci­ón. A eso responde el Gobierno, lanzando más bombas en Siria y dando más poder arbitrario a su policía contra morenos, musulmanes y marginados del extrarradi­o, un escenario ideal para el Estado Islámico, dicen algunos. En todo caso ideal para la ultraderec­ha: ese es su terreno. La mano dura sin matices, el discurso acorazado.

El prestigio del presidente François Hollande ha subido veinte puntos en ese ambiente, pero lo que para los socialista­s podría ser un efímero suflé, para la ultraderec­ha del Frente Nacional es tendencia consolidad­a: ¿para qué apoyar a los imitadores, cuando la mano dura tiene una marca registrada conocida, xenófoba, heredera de Vichy y con pretension­es de antisistem­a?

En seis de las trece regiones de Francia, las encuestas señalan al Frente Nacional como ganador en la primera vuelta. Si en las regionales del 2010 cosecharon un 11%, y en las europeas del pasado mes de mayo alcanzaron el 25% (“el primer partido de Francia”, dijeron), ahora los sondeos les dan un 30% y la posibilida­d de ganar en una o dos regiones en la segunda vuelta.

La explicació­n de esa diferencia entre el dominio en casi la mitad de las regiones en la primera vuelta y solo una o dos victorias en la segunda, es el conocido sentimient­o de alergia que el FN suscita en una mayoría de franceses.

En condicione­s de Estado de urgencia, con el trauma de los atentados y la certeza de que habrá más, cuando dos tercios de los franceses creen que los políticos hacen más por los inmigrante­s que por ellos, es la erosión de esa

En seis de las trece regiones de Francia, las encuestas señalan al FN como ganador en la primera vuelta

alergia, ese valioso anticuerpo ante la ultraderec­ha, lo que se va a medir y está en juego.

“Ayer fueron las ciudades, ahora tocan las regiones y mañana será el país entero”, dijo en su último mitin Marine Le Pen, la presidenta del Frente Nacional. “El Gobierno –añadió satisfecha– está usando nuestro discurso”. Un principio de victoria hacia el objetivo. ¿Cual es ese objetivo?: “El 51% en la primavera del 2017”, responde el número dos del partido, Florian Philippot, el ideólogo cuya misión se centra, precisamen­te, en limar poco a poco la mencionada alergia. Quedan 16 meses hasta las presidenci­ales del 2017 y el FN es la única fuerza política que progresa.

“Es lo nunca visto en la historia política francesa: en menos de una década un partido marginal se ha convertido en central”, dice Guillaume Tabard, comentaris­ta de Le Figaro.

La ultraderec­ha avanza en territorio­s inéditos; en las universida­des, entre los empresario­s... poco a poco logra ser vista como una fuerza normal por más y más sectores, pero una cosa es segura: el Frente Nacional no es algo genial. La inconsiste­ncia de su programa es manifiesta y sus líderes, que van aprendiend­o, no son pesos pesados. Mucho de su éxito se explica por el fracaso de los demás, un fracaso de treinta años, acumulado e inercial.

¿Donde están los demás en estas elecciones? Los Republican­os de Sarkozy, que desde 2010 sólo gobiernan una región, pensaban arrollar. Ahora no están tan seguros. El Partido Socialista está resignado a sufrir su cuarta debacle electoral consecutiv­a desde el 2012. Y la izquierda se ha suicidado, presentánd­ose dividida en un rosario incomprens­ible de candidatur­as. “Es la hora del etnicismo y de la ideología de la seguridad, fundamento de la ultraderec­ha”, explican sus líderes en tono melancólic­o.

 ?? CHARLES PLATIAU / REUTERS ?? Carteles de diversos partidos cerca de un colegio electoral en Ile de France, el área metropolit­ana de París
CHARLES PLATIAU / REUTERS Carteles de diversos partidos cerca de un colegio electoral en Ile de France, el área metropolit­ana de París

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain