Ciutat Vella restringe horarios y cierra por las noches tiendas molestas
Un reciente decreto de alcaldía obliga a cerrar durante las noches cinco supermercados de Ciutat Vella que anteriormente venían funcionado durante las 24 horas del día. En principio, las tiendas de conveniencia de menos de 500 m2 pueden abrir toda la jornada. El motivo de esta restricción, explica Gala Pin, la concejal del distrito, es que las actividades nocturnas de estos colmados en verdad no sirven para salvar a los vecinos del entorno de más de un apuro cotidiano. Todo lo contrario, son más bien fuente de ruidos y molestias relacionados con el ocio de otros.
Lo de mitigar en la medida de lo posible el ruido cotidiano, sobre todo el que alegremente genera la gente de juerga, es una de las tareas de la concejal en estas angostas calles donde todo se oye y todo retumba. Los negocios en el punto de mira municipal están ubicados en zonas de fuerte tránsito de turistas y demás gente de paso: dos en la Rambla, otro en la calle Ferran, el cuarto en la Barceloneta y el último en el barrio del Born. Ahora tienen que permanecer cerrados desde las doce de la noche hasta las seis de la mañana.
El Ayuntamiento no emprendía una medida similar desde el 2009. Y es que este tipo de establecimientos abiertos a todas horas comenzaron a proliferar en Barcelona hace relativamente pocos años. La gente regresa cada vez más tarde a casa y dispone de menos tiempo para hacer sus pequeñas compras cotidianas. Pero lo cierto es que, argumentan desde el Ayuntamiento, buena parte de estos negocios tienen otro enfoque. “Que una tienda de conveniencia pueda abrir las 24 horas tiene sentido si sirve para que un vecino pueda comprar unos pañales que le urgen a las tres de la madrugada y no verse obligado a esperar a que se haga de día –prosigue Pin–. Pero las quejas y denuncias de los vecinos del entorno de estos negocios, así como diversos informes de la Guardia Urbana, nos muestran que su funcionamiento durante la noche daba pie a un trasiego continuo de gente de marcha, un ir y venir de personas en su mayor parte de fuera del barrio. Estos negocios no prestan ningún servicio a la comunidad”.
“Uno de nuestros objetivos –subraya la concejal– es replantear el modelo de ocio nocturno del distrito para mejorar la calidad de vida de los vecinos. Esta primavera revisaremos el plan de usos y trataremos de atacar el problema de raíz. Mientras, continuaremos tomando este tipo de medidas, como el precinto de los equipos de música de las terrazas de algunas discotecas del paseo Marítim, la suspensión de las obras en el número 17 de la Rambla, las multas a promotores y bares de que montan rutas de borrachera…”.
El distrito clausura en periodo nocturno cinco supermercados que provocaban las quejas de los vecinos