La extinción de los dinosaurios
La crisis económica cayó como un gran meteorito sobre nuestra vida pública y los españoles quedaron enterrados bajo una espesa niebla de polvo. Bajo esta niebla se han producido varias extinciones: miles de trabajadores han perdido la esperanza; los universitarios se ven condenados al exilio o a la precariedad; las limitaciones presupuestarias han sobreexcitado el viejo pleito territorial. En este contexto, las víctimas sociales de la crisis generan empatía, al contrario de las víctimas políticas, contra las que se proyectan todas las frustraciones: dicen las encuestas que el PSOE se dará un gran batacazo. Zapatero no será nunca perdonado porque la gran mentira que le dio la segunda victoria sobre Rajoy (2008) era la mentira que la ciudadanía exigía. A saber: que la crisis no era una crisis. Los últimos años de José Luis Rodríguez Zapatero fueron tan grotescos que nunca votante alguno querrá reconocer que tuvo algo que ver con aquel tipo.
A pesar de su relativa juventud, Carme Chacón es uno de los dinosaurios de aquellos años. Antes de la crisis, su imagen de mujer embarazada (portadora de vida) dando órdenes, como ministra, al ejército (asociado a la muerte) dio la vuelta al mundo. Aquella imagen era la culminación de lo que entonces también se consideraba “nueva política”: en la época en que el foie y los vinos de marca se generalizaron, los gestos mediáticos habían sustituido a las ideologías. Jabugo para todos y simbolismo mediático: este fue el bello canto del cisne del socialismo español. La crisis económica fulminó este programa posmoderno como el meteorito que a finales del Cretácico causó la extinción de los dinosaurios.
Parece ser que las gallinas y las aves en general son la readaptación de los últimos dinosaurios a la nueva situación. ¿Sabrá Carme Chacón, que pisó con tacones de aguja las más altas moquetas de la OTAN y que se ha recuperado de los pleitos internos en Miami, adaptarse a la modesta medida gallinácea que el pueblo, siempre tan voluble y caprichoso, destina a los de su especie?
CARME CHACÓN En la época del foie para todos, los gestos sustituyeron a las ideologías