No sabe, pero contesta
En campaña, el mensaje de los partidos se simplifica “para llegar a todo el mundo”, piensan ellos. Pero al actuar siempre como si estuvieran en campaña, las dos semanas previas a unas elecciones se convierten en la simplificación de una simplificación, un puro garabato con el que quedan retratados. Una caricatura grotesca. El lema del PP es “España en serio”, lo que constata que hasta ahora se han tomado el país a cachondeo. La prueba de ello la representó Mariano Rajoy en La Sexta Noche, el máximo riesgo que le dejarán correr.
El presidente salió con la soltura de un monologuista, y por un momento creí que le habían pasado las preguntas, o que llevaba toda la legislatura preparándose para esto (además de para jugar a futbolín con Bertín). No titubeaba. No se hacía un lío con “es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde”, ni “los españoles son muy españoles y mucho españoles”. Dieciséis ciudadanos seleccionados por el programa le preguntaban y él, de pie en el plató, respondía tan tranquilo. Cualquiera que no escuchara podría pensar que sabía de lo que hablaba.
Pero no. Quedó claro cuando se refirió a la ley Mordaza llamándola así, ley Mordaza. Él, que utilizó los eufemismos más rocambolescos para no mencionar a Bárcenas, va y suelta que la mordaza defiende la libertad. Otras veces no sabía qué decir. Lo confesó cuando le preguntaron sobre Rodrigo Rato. Y sobre todo, dijo lo que le dijeron que dijera: sé cercano, Mariano, demuestra que te has pateado la piel de toro y entiendes de qué va este país tan afortunado de jamoncito, buen tiempo y sentido del humor en el que lo grave no importa.
Así, cuando un malagueño le pregunta si dimitiría en caso de perder las elecciones, él contesta que estuvo en Málaga el otro día y que la temperatura era muy agradable. Fue a Melilla y se va hasta los cerros de Úbeda, incluso viajó al centro del 016, según le cuenta a una gallega que quiere saber qué haría el Gobierno para acabar con la violencia machista, y a la que empieza diciéndole: “Yo soy de Santiago”. Y concluye con un: “El Gobierno hace lo que puede, pero el país acaba siendo lo que es su gente”. Ole. “Lo demás, usted misma”, le dice a otra. ¿En serio? El único que le dispara el tic en el ojo es el autónomo catalán que le pregunta por qué nos humilla.
Rajoy es el cómico que suelta cualquier cosa y se fuma un puro. Salvo el Real Madrid, le da igual todo, también hacer el ridículo. Según los sondeos, la mayoría le ríe las gracias. Del resto, muchos no saben qué votar. Que hagan como él y, aun así, respondan.