Los samurais del River Plate ya vuelan a Japón
Pasión por el Mundial. Así de impaciente está el River nueve días antes de su debut en el torneo. No en vano, en las vitrinas del Monumental hay 34 Ligas, 3 Copas Libertadores pero sólo una Intercontinental, la que River Plate ganó en 1986 al Steaua de Bucarest (1-0, gol del uruguayo Alzamendi). Con el objetivo de conquistar su primer Mundial de clubs, el equipo millonario partió ayer hacia Japón, donde está llamado a ser el rival del Barcelona en la gran final del 20 de diciembre. De ahí la ilusión apasionada y el apoyo incondicional con los que la afición despidió a sus jugadores en la salida de la comitiva desde el estadio. En todo el trayecto hasta el aeropuerto de Ezeiza los seguidores se agolparon para saludar y animar con banderas rojiblancas a los hombres de Marcelo Gallardo para que vuelvan con el título. Fue el segundo baño de masas consecutivo que se dio el River, después del entrenamiento de puertas abiertas del viernes que reunió a más de 10.000 personas en las gradas del Monumental. El actual campeón de la Copa Libertadores se ha volcado y desde el 27 de noviembre no tiene otra cosa en la cabeza que no sea el Mundial de Clubs. La expedición de River era tan numerosa que tuvo que viajar en dos aviones diferentes, uno con escala en Frankfurt y otro en París. Los seis primeros días en Japón, los argentinos se hospedarán en Chiba y se ejercitará en el Tokio Akitsu Soccer Stadium, concentración que abandonarán para jugar su semifinal el día 16 en Osaka. En un vídeo, el club millonario hace suyos los preceptos nobles de los samurais: justicia, coraje, bondad, respeto, honestidad, lealtad y honor. Los 23 samurais del River ya viajan hacia Japón.