‘Hat-trick’ de Messi antes de recoger el Balón de Oro
Las redes sociales las carga el diablo, sobre todo si se usan sin pensar, y el Barça lo sabe muy bien porque en las últimas semanas el club ha tenido que despedir a un fichaje para el filial por sus tuits anticatalanes, ha decidido dar un paso al frente (lo hizo el viernes) para llamar la atención a Alves por sus comentarios sobre la prensa y ha observado con preocupación cómo casi cada día Piqué intercambia bromas, emoticonos y vídeos por Twitter. La entidad corre el peligro de enredarse en este campo porque la capacidad de meterse en líos cuando el equipo o alguno de sus miembros anda por medio es infinita. Sin embargo, como principio y como final, la única red que interesa a la mayoría de los socios es la de las porterías del Camp Nou y las de los estadios que visita el Barça. Perforarlas, agujerearlas y alcanzarlas es la razón de ser de las figuras blaugrana, y ayer no fue una excepción.
Convenía rebajar la tensión, que no se dispararan las pulsaciones, centrarse en el juego y sumar una victoria para no complicarse más la vida tras un par de derbis taquicárdicos. Convenían una tarde plácida, un partido sin sobresaltos y una función unidireccional con tiempo hasta para una siesta. Eso es lo que convenía y es lo que se produjo como aperitivo de la nueva entronización de Messi en la función del Balón de Oro y de un partido de vuelta el miércoles en Cornellà que no se sabe si será emocionante, porque la ventaja blaugrana es abultada, pero sin duda será apasionante.
Al menos, en cuanto al circo que rodea cada vez más al fútbol. Un circo donde priman el exabrupto, el conflicto permanente y la sinrazón por encima del debate tranquilo, la responsabilidad y la descripción del juego. Claro que no se puede culpar a un solo sector de esta circunstancia ni tampoco generalizar. Hay futbolistas, entrenadores, presidentes y periodistas que se pasan de frenada. Que prefieren meterse en una maraña antes que disfrutar de lo que protagonizan o de lo que relatan.
Gritar todo el mundo sabe. Jugar como lo hace Messi, sólo él. Pero a veces algunos de los que viven del fútbol, incluidos jugadores, pierden la noción de la red que es importante y la red que es trivial.