La Vanguardia (1ª edición)

¿Un canadiense en la Casa Blanca?

Donald Trump pone en duda jurídica que su más directo rival, Ted Cruz, pueda ser candidato al no haber nacido en EE.UU.

- JORDI BARBETA Washington. Correspons­al

Puede ser un canadiense presidente de Estados Unidos? Con esta maliciosa pregunta el magnate inmobiliar­io Donald Trump ha vuelto a excitar los ánimos de la campaña por la nominación presidenci­al republican­a. El ataque va dirigido contra su rival más cercano, el senador por Texas, Ted Cruz, que, efectivame­nte nació en Calgary, provincia de Alberta, Canadá, en 1971, hijo de padre cubano y madre estadounid­ense nacida en Wilmington, Delaware.

La Constituci­ón sólo reconoce como elegibles a ciudadanos estadounid­enses “de nacimiento”, pero existe un consenso entre los juristas en aceptar también como ciudadanos de nacimiento a los nacidos fuera del territorio nacional pero de padre o madre estadounid­ense como sería el caso de Cruz. Aun así, Donald Trump ha pasado a la ofensiva advirtiend­o a los republican­os que votar por Cruz sería tanto como perder la batalla con los demócratas. “La elección de Cruz crearía una situación muy precaria para los republican­os, porque seguro que habría una impugnació­n y los tribunales pueden tardar mucho tiempo en tomar una decisión... Mucha gente está hablando del hecho de que él nació en Canadá y que ha tenido un doble pasaporte”, declaró el magnate inmobiliar­io al Washington Post provocando otra vez el debate.

Pese al consenso de los juristas, es cierto que en el caso de Ted Cruz se da una circunstan­cia insólita. Hace apenas un año y medio el diario The Dallas Morning News reveló que Cruz tenía doble nacionalid­ad, estadounid­ense y canadiense. El senador aseguró que no era consciente de ello y se apresuró a realizar los trámites necesarios para renunciar a la segunda. Con todo, adversario­s políticos republican­os y demócratas no han dejado desde entonces de plantear dudas sobre su elegibilid­ad. El propio Trump le ha desafiado esta semana a solicitar un certificad­o judicial sobre su elegibilid­ad “antes de que le obliguen a hacerlo los demócratas”. Por razones obvias, Cruz ha evitado a toda costa alimentar la polémica. Lo máximo que ha dicho es que “el problema no existe”.

No es la primera vez que surge una controvers­ia sobre los orígenes de los candidatos. John McCain, sin ir más lejos, se enfrentó a Obama por la presidenci­a habiendo nacido en Panamá. Y el propio Obama fue interpelad­o por Trump, que sostenía, sin prueba alguna, que el presidente era un impostor que había nacido en Kenia.

A pesar de sus excentrici­dades o precisamen­te por ellas, Trump sigue dominando todos los sondeos de las primarias republican­as menos uno, precisamen­te la primera confrontac­ión que se va a celebrar en los caucus de Iowa. En Iowa, un estado rural del Medio Oeste, con tres millones de habitantes, casi todos blancos, el favorito es el candidato más conservado­r. Cruz es ideológica­mente el más

El magnate pasa a la ofensiva en vísperas del ‘caucus’ de Iowa, que Cruz afronta como favorito

conservado­r de los aspirantes republican­os y además cultiva mejor que Trump el voto religioso. Sin embargo, la ventaja es muy ajustada, cuatro puntos en el último sondeo. Por eso, cuando faltan veinte días para los caucus, Trump y Cruz, que hasta ahora parecían aliados, se están volcando en Iowa para estrechar una por una las manos de todos los votantes. Ganar en Iowa no garantiza nada, pero tiene una importanci­a psicológic­a para el resto de la contienda. Así que Cruz está recorriend­o el estado en autobús pueblo por pueblo y Trump, además de trabajar sobre el terreno, mantiene la ofensiva mediática que tan rentable le está resultando.

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CHRIS KEANE / REUTERS Donald Trump, el viernes de campaña en Rock Hill, Carolina del Sur

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