La Vanguardia (1ª edición)

El penúltimo conejo

- Francesc-Marc Álvaro

Artur Mas sacó ayer el penúltimo conejo de su chistera y nos sorprendió, cuando ya se daba por hecho que íbamos a nuevas elecciones. Digo penúltimo conejo y no último porque, en su discurso de ayer, Mas advirtió que no descarta, en un futuro, volver a presentars­e como candidato a la presidenci­a. Aviso para navegantes. Este conejo de ayer es, en realidad, otro número de prestidigi­tación, clásico y digno del gran Houdini: el mago se hace desaparece­r a sí mismo y el público se queda con un palmo de narices. Pero el paso a un lado del que pronto será expresiden­t es una decisión que no significa la jubilación política del líder del centro soberanist­a, más bien parece una retirada temporal para ordenar la casa. Mas dice que no tendrá ningún car- go institucio­nal y que se dedicará a CDC, un partido donde –escribo una vez más– es urgente derribar y reconstrui­r con energía.

Me consta que –a pesar de la versión oficial– hace días que Mas tenía esta peculiar salida encima de la mesa, pero no la quería considerar seriamente y, sobre todo, quería que quedara clara la actitud de la CUP. Fiel a su estilo, prefirió llegar al límite de la partida para sacar esta carta, aunque algunos le aconsejaro­n que no se expusiera a tres meses de agonía, que han erosionado al conjunto del soberanism­o. Finalmente, Mas se va y propone un president que proviene de la mejor cantera convergent­e, el territorio y las alcaldías. Puigdemont, independen­tista de siempre, es desconocid­o fuera de Girona pero tiene una imagen joven y dinámica, y ha hecho una buena labor en la AMI.

La investidur­a de Puigdemont evita nuevas elecciones y detiene la depresión galopante del movimiento soberanist­a, pero no elimina muchas incógnitas sobre los próximos meses. El acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP parece una rendición de los cuperos a cambio de la ca- beza de Mas, un do ut des, pero escuchando ayer a la diputada Reguant no queda muy claro que la estabilida­d de la mayoría esté asegurada, como sí remarcó, en cambio, el líder de CDC. Por otra parte, será difícil que el nuevo Govern quede completame­nte al margen de las desconfian­zas y la fuerte competenci­a entre convergent­es y republican­os, agudizadas por el resultado ajustado de Junts pel Sí y por los comicios del 20-D. ¿Será este un gabinete lo bastante cohesionad­o para hacer frente al pulso de los poderes del Estado español?

Más allá de este nuevo giro de guion, los partidos independen­tistas y las entidades se equivocarí­an si no asumen de manera adulta que el proceso necesita más músculo y menos velocidad: debe cambiar el ritmo y tiene que ampliar la base social partidaria de la secesión, porque un 48% es una cifra muy importante pero insuficien­te para saltar la pared.

El independen­tismo se equivocará si no asume que el proceso necesita más músculo y menos velocidad

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain