Un ‘món de mones’
Gran frustración ante el panorama político actual. Hay que ser sordo y ciego si no se detecta la frustración y desconfianza que han generado la mayoría de los políticos actuales.
Suprimidas las humanidades, no se enseñan las mínimas normas de convivencia, ética, lógica, a los adolescentes.
La historia aporta datos que no debemos olvidar. Cuando un secretario del PSOE se lanza a insultar a un presidente del Gobierno con lenguaje procaz, olvida las corruptelas de su propio partido hace pocos años. Es obvio, hay que formar gobierno y deberá ser de coalición, pero los tejemanejes que atónitamente observamos no responden a un deseo real de alcanzar acuerdos, sino a conservar los votos que les permi- tan seguir manejando su peculiar política.
La CUP identificada con la extrema izquierda deniega su apoyo a Mas, representante de la derecha, aliado con Esquerra Republicana, en una patética mendicidad intentando conseguir su apoyo para mantener su inestable poder. Si tenemos en cuenta que fue hijo político de Pujol, este intento de antinatural alianza con la CUP inspira un profundo recelo. Se saca de la manga una coalición, Junts pel Sí, olvidando que, con su separatismo, divide a los catalanes. El discurso independentista jamás aborda los riesgos económicos, internacionales, culturales, que su política conllevaría. Hace pocos años, La Vanguardia publicó un excelente artículo de cinco embajadores, quienes objetivamente detallaban el precio del independentismo. Un empresario catalán, recientemente alabado públicamente por Mas, traslada su departamento comercial a Irlanda. Sin comentarios.
Sorprende el frecuente empleo de asesores en la administración pública, familiares de los asesorados. El código genético del chimpancé se asemeja un 80% al humano, por esto la frase món de mones que resume esta sociedad paradójica. Convendría exigir a los politicables la habitual demostración de aptitudes necesarias para otros trabajos. El món de mones se percibe en manifestaciones ciudadanas, fiel reflejo de la rivalidad política. Recordemos con orgullo el ejemplo que dieron los políticos convocados por el Rey que permitieron el nacimiento de una España democrática en 1975.