El Pitoniso Pito
RICARDO PASTOR (1924-2016) Periodista
Siempre fui un intruso en el mundo de la prensa, porque no tenía el carnet de periodista. ¡Pero cómo iba a tenerlo si con la guerra no hice ni el bachillerato!”. Ricardo Pastor recordaba así en una entrevista publicada en La Vanguardia hace ya más de una década su azarosa trayectoria periodística desde que junto a su hermano decidió dedicarse en cuerpo y alma a la información deportiva –y eso incluía todo tipo de espectáculos– al frente del diario Dicen. Aunque su lugar en la historia del periodismo catalán se la debe a la creación, en 1953, de un personaje que estuvo activo hasta la pasada temporada futbolística: el Pitoniso Pito. Una suerte de adivino que a través de un balón que hacía las veces de bola de cristal era capaz de pronosticar quién ganaría la Liga a falta de diez jornadas y si el Espanyol, el club del que siempre fue seguidor y para quien incluso compuso el himno Somos españolistas, alcanzaría o no el sueño europeo o, en el peor de los casos, se libraría del descenso.
Nacido en Sants y vecino del Guinardó desde los tres años, sus inicios en el mundo de la prensa fueron meramente casuales. Su hermano Federico ideó en 1950 unas octavillas con los resultados de los partidos de la jornada para repartir en los cines, y él recorría a pie todas las salas de Barcelona repartiéndolas. Era una publicación gratuita que se financiaba con la publicidad. De ahí surgió Ediciones Rápidas y Compruebe su quiniela. Y a partir de ahí, Dicen, que en principio no era más que el listado de claves necesarias para entender los marcadores simultáneos que los Pastor instalaron en el campo de Sarrià y en una azotea próxima al Camp Nou, ya que el Barça no permitía entonces publicidad en su estadio. Cada marca correspondía a un equipo, y Dicen revelaba quién era quién. El negocio funcionó y se exportó a los campos de toda España.
Después llegó Lean, donde una crónica satírica sobre un BarçaBotafogo firmada por Pastor incomodó a la embajada de Brasil y costó una multa al diario. Esa defensa blaugrana se tradujo en un alud de ventas. Lean fue la prime- ra revista deportiva que publicó una portada a todo color de un partido jugado la noche anterior, la final de la Eurocopa de 1964, que se disputó en Madrid. El fotógrafo se desplazó para ello en avioneta poco después de iniciarse el partido. El mismísimo ministro Fraga celebró la innovación y no puso pega alguna para que Dicen se convirtiese en un diario de información general.
Y allí fue donde Pastor se convirtió, además de en editor, en opinador habitual y hasta crítico de cine. Memorable fue una crítica sobre Sophia Loren que burló la censura y que acabó acarreando una importante multa: “Tiene un corazón tan grande que a juzgar por lo que abulta casi estamos por decir que tiene dos”, decía el sancionado texto.
El Pitoniso Pito nació también en Dicen como competencia al Mago Karag de Marca. Y de ahí saltó a la radio y después a diversos medios. De hecho, sus pro- nósticos se mantuvieron hasta la pasada campaña, cuando el Pitoniso Pito dio al Barça ganador de Liga con 93 puntos, dos más que el Real Madrid (fueron 94, frente a los 92 de los blancos). Su sorprendente precisión le convirtió pronto en un personaje de referencia. Aunque también tuvo patinazos, como cuando dio por condenado al Espanyol que en el 2009 consiguió salvarse de la mano de Mauricio Pochettino.
Sus relaciones con el club de sus amores fueron agridulces. Tras componer el primer himno del club en 1975, bajo la presidencia de Manuel Meler –cantado por José Guardiola al ritmo de una sardana– muchos de los directivos posteriores no le perdonaron nunca la estrofa “Somos entre los grandes siempre el más modesto. Nos corresponde ese puesto y orgulloso de él hemos de estar”. “No hagamos el ridículo”, les respondía siempre Pastor.