Nole adelanta a Nadal
El número 1 apabulla al balear y sitúa sus cara a cara en 24-23
Novak Djokovic confirma que si la temporada 2015 fue la mejor de su carrera, la del 2016 puede ser la mejor de la historia si se lo propone. Demasiado superior. Demasiado fuerte. Demasiado invencible. Ha empezado el año como lo terminó: con un título. Esta vez en Doha, ante Rafael Nadal, su rival por antonomasia. En 1 hora y 13 minutos (6-1, 6-2).Y por primera vez en sus cara a cara, en el episodio 47 de una rivalidad de colosos, el serbio se pone por delante del mallorquín (24-23). Desarmando a quien una vez fue su bestia negra. Imponiendo una ley sin precedente. Son nueve victorias en los últimos diez duelos para Nole, que ya tiene en su mano el Open de Australia y sólo de él depende retenerlo.
“A veces en este tipo de partidos uno juega al perro y el gato. Quién conquistará la línea de fondo antes, quién va a protegerla mejor, quién será aquel que controle la velocidad y el timing del partido son las claves”, anticipaba Djoko- vic en la previa. El serbio se adueñó de la línea de fondo, echando una y otra vez a Nadal hacia atrás o los lados. Cuanto más riesgo tomaba el mallorquín, más duro era el castigo de Nole. Aunque el ganador de 14 grandes dispuso de una bola de break en el juego inicial, Djokovic se la negó con un latigazo de derecha. En el primer descanso, el número uno domina- ba con un cómodo 3-0 y un imponente parcial de 11 puntos a 3.
Empapado ya en sudor, Nadal corría y corría al antojo de su rival, que dictaba los puntos sin ápice de compasión. Si le tocaba defender, lograba profundidad sin apenas esfuerzo. Flotando. Djokovic está en otro nivel, y eso frustra a sus rivales, que buscan virguerías sin éxito. El progreso y evolución del pupilo de Toni Nadal no es un espejismo. Pero en media hora el dominador absoluto del circuito, una máquina sin fisuras, trituraba la confianza de su rival con un doloroso 6-1. La peor sensación: Nadal no tuvo errores escandalosos (sólo cinco no forzados en la manga) pero Nole conectó 16 monstruosos winners.
“¡Rafa, Rafa!”, la central coreaba agónica. Quería espectáculo y sólo veía a un Djokovic oliendo sangre cual depredador. No sólo quería ganar. Quería humillar. La grada se sintió incómoda en una contradicción: el número 1 es tan superior, tiene cada movimiento tan mecanizado, que parece sin alma. Y cuando no perdona, en lugar de provocar admiración, el suspiro del público es rabia. “¡Rafa, Rafa!”, trataban de reanimar de nuevo los espectadores. Los gemidos del mallorquín, peleando cada punto con dolorosa agonía, lo decían todo. “He jugado prácticamente perfecto. He hecho lo que he querido. Y no puedo tener mayor satisfacción”, dispara Nole. “Es imposible imaginar que pueda haber alguien capaz de jugar como él hoy por hoy”, reconoce Nadal, que no pierde la fe.
“Es imposible imaginar que pueda haber alguien capaz de jugar como él hoy por hoy”, dijo Nadal Rafa no cometió grandes errores, sólo cinco no forzados, pero Djokovic conectó 16 ‘winners’