De Matthews a Messi
Historia, orígenes y anécdotas del Balón de Oro, que irrumpió en el fútbol hace 60 años
El Krongresshaus de Zurich vivirá mañana el gran paseo de la fama del fútbol mundial con la entrega del Balón de Oro, que, salvo sorpresa mayúscula, irá a parar por quinta vez a las vitrinas de Lionel Messi. En plena tormenta en la FIFA, con la corrupción que ha salpicado a figuras de la talla de Joseph Blatter y Michel Platini, el trofeo individual más prestigioso cumple 60 años desde su primer ganador: el inglés Stanley Matthews. Estas seis décadas han estado repletas de anécdotas, de polémicas, de enormes estrellas y de grandes olvidados que nunca recibieron este honor.
UNA JOYERÍA DE POSTÍN. Los creadores físicos del Balón de Oro hay que buscarlos en la joyería Mellerio, de París, que exhibió hace unas semanas el premio que será entregado mañana al mejor jugador del mundo en Zurich. Es un trofeo de 31 centímetros de alto y 23 de largo que pesa 7,2 kilos. Su precio estaría en el mercado ligeramente por encima de los 3.500 euros. La joyería Mellerio dits Meller pasa por ser la más antigua de París y posiblemente del mundo y elabora a mano cada año el Balón de Oro. Las casas reales europeas tienen querencia desde tiempos inmemoriales por esta estirpe de joyeros que se remonta al siglo XVI. Fabrican el Balón de Oro desde la primera edición y también son los encargados de otro trofeo de renombre: la Copa de los Mosqueteros que se entrega al ganador de Roland Garros.
UN CREADOR MULTIDISCIPLINAR. Entre los inspiradores también de la Copa de Europa, la imaginación de Gabriel Hanot voló hasta diseñar en su mente un galardón que distinguiera al mejor. Así, bajo su batuta y en la redacción de la revista France Football, nació el plan del Balón de Oro. En principio ve la luz con el nombre de Trophée du Footballeur Européen de l’Année à l’Étranger (trofeo del futbolista europeo del año en el extranjero), aunque muy poco después se impone la denominación de Balón de Oro, ya que el trofeo era un balón dorado. Su padre ideológico era un hombre multidisciplinar, enamorado del fútbol y del periodismo. Jugador en su juventud en equipos modestos como el Tourcoing, el AS Francillienne o el Preussen Munster, un accidente le hizo colgar las botas y cambiarlas por las letras. Durante un tiempo compatibilizó su labor como plumilla con el cargo de seleccionador de Francia, y muchas veces él mismo era el que tenía que juzgar a sus futbolistas en sus crónicas. Lo hizo hasta que después de un partido contra España escribió en L’Équipe un editorial sin firmar en el que criticaba a sus jugadores. Un día después escribió otro, al que tampoco le puso el nombre, en el que pedía la dimisión del seleccionador, es decir de él mismo. Se hizo caso, presentó su renuncia y se dedicó a escribir.
PRIMER GANADOR CUARENTÓN. El inglés Stanley Matthews inauguró el palmarés… a los 41 años. Hoy sería impensable. Ya entonces se consideró que buena parte del premio fue por la trayectoria del futbolista más que por su año. Matthews superó en tres votos a Alfredo di Stéfano, líder de un Real Madrid que se encaminaba a la leyenda en los primeros tiempos de la Copa de Europa. Hubo un partido en Wembley entre Inglaterra y Brasil que se consideró decisivo para que el veterano jugador del Blackpool se llevara el galardón. Su actuación fue intermitente, pero con destellos de clase suma. Por ese partido, Gabriel Hanot le llamó “el Chaplin del fútbol”. Debutó con su selección en 1935 y no se retiró del fútbol hasta 30 años después, con 50. Excelente driblador, fue el primer futbolista inglés en recibir el título de sir. Era abstemio, vegetariano e hijo de boxeadores.
SUÁREZ Y SU ‘PEQUEÑO’ BALÓN. Luis Suárez Miramontes, gallego, barcelonista, interista y único ganador del Balón de Oro nacido en España, acostumbra a decir, con retranca, que en sus tiempos el trofeo no tenía ni mucho menos la dimensión mediática de la actualidad. El 8 de marzo de 1961, Suárez recibió el galardón de mejor futbolista de 1960 sobre el césped del Camp Nou entre semana y antes de un partido de cuartos de final de la Copa de Europa contra el Spartak Kralove. Un “balón pequeñito”, como lo llama él, porque entonces no era tan grande, y sin alharacas, aunque una pléyade de personalidades del momento bajaron a agasajar a Luisito. Eran otros tiempos, y Suárez había acudido a entrenar en tranvía, había fundado una empresita de hacer jerséis y le había dicho a su primer entrenador, Franz Plattko, que él había venido a Barcelona a jugar a fútbol y no a ser boxeador. Y es que el técnico había instalado un punching ball en el vestuario para que Luis ganara músculo. El artefacto pasó a mejor vida.
LA ARAÑA Y LOS OLVIDADOS. En el capítulo de grandes olvidados del Balón de Oro suelen estar los porteros. Sólo lo ha ganado uno, el entonces soviético Lev Yashin en 1963. Apodado la araña negra por su agilidad y el color de su vestimenta, jugó en cuatro Mundiales. Durante la Segunda Guerra Mundial, en su adolescencia, era portero de hockey sobre hielo, pero cambió de disciplina, con enorme éxito. Él pudo presumir de Balón, algo que no han dicho después guardametas de la talla de Gordon Banks, Sepp Maier, Dino Zoff, Casillas, Buffon o Neuer. En cambio, lo llevaron a sus vitrinas jugadores como el húngaro Florian Albert, el ucraniano Igor Belanov o el italiano Fabio Cannavaro.
CAMBIO DE RÉGIMEN Y FUSIÓN. Entre 1956 y 1994 sólo podían optar al premio los jugadores europeos. Eso impidió que futbolistas como Pelé o Maradona, por poner los dos exponentes más relevantes, se hicieran con la distinción. A partir de 1995 France Football decidió que eran candidatos todos los jugadores que militaran en un conjunto europeo, aunque fueran de otro continente. Por eso George Weah se llevó el Balón en 1995. En el 2007 la revista abrió el abanico a todos los futbolistas del mundo. Para entonces hacía tiempo que la FIFA también tenía su propio premio, el FIFA World Player. Convivieron durante 19 años. Pero el gran cambio se produjo a partir del 2010, cuando tuvo lugar la fusión y la FIFA y France Football unieron sus esfuerzos. El Balón de Oro pasaba de tener como jurado a los corresponsales de la revista a ver como el premio lo votaban de manera mixta periodistas, seleccionadores y capitanes.
DOMINADOR DE LA MODERNIDAD. Desde el 2007 Lionel Messi está en el podio del trofeo, y todos los pronósticos apuntan a que mañana se llevará su quinto premio. Con cuatro, ya es el que más veces ha lucido el Balón. Sus batallas con Cristiano les han ido retroalimentando, y el grito del portugués y sus declaraciones de que quería igualarle motivaron a Leo el año pasado para recuperar su trono. Lo lógico es que así sea.