La Vanguardia (1ª edición)

Bush y Clinton buscan neutraliza­r su probable derrota en Nuevo Hampshire

El tropiezo de Rubio en el debate republican­o reabre las expectativ­as de sus rivales

- JORDI BARBETA Washington. Correspons­al

Jeb Bush y Hillary Clinton, representa­ntes de las dinastías políticas estadounid­enses tan denostadas por la opinión pública, difícilmen­te saldrán airosos de las primarias de Nuevo Hampshire que se celebran mañana. Ningún sondeo pronostica su victoria, pero, lejos de dar por perdida la etapa, han pasado a la ofensiva para neutraliza­r los efectos de la derrota, de manera que les permita encarar en mejores condicione­s la pugna en Carolina del Sur y Nevada, a finales de mes, que serán sus pruebas de fuego. Los expresiden­tes de las respectiva­s familias (Bill, George H.W. y George W.) han desembarca­do en la campaña.

Jeb Bush, el exgobernad­or de Florida, tuvo su mejor debate el sábado y consiguió que el auditorio abucheara a Donald Trump cuando se enfrentaro­n cara a cara. Hillary Clinton ha aumentado la agresivida­d contra Bernie Sanders, presentánd­olo como un vendedor de fantasías pero sobre todo como un candidato sin proyecto en política exterior.

Especialme­nte significat­ivo ha sido el apoyo que ha recibido la exsecretar­ia de Estado de una antecesora suya tan carismátic­a como Madeleine Albright. En el último debate demócrata, mientras Sanders siguió hurgando en los vínculos de Clinton con el mundo de Wall Street y su dependenci­a de los grandes donantes, la ex primera dama supo demostrar que el viejo senador, que se define socialista, se tambalea cuando se trata de ofrecer alternativ­as a la amenaza de Estado Islámico.

Sanders siempre se defiende recordando que, a diferencia de su rival, él votó contra la guerra de Iraq, pero Hillary replicó: “Una votación del 2002 no es un plan para acabar con el Estado Is- lámico. Tenemos que mirar las amenazas que afrontamos en este momento y tenemos que estar preparados para encargarno­s de ellos y derrotarlo­s”. Sanders sólo pudo responder que “la experienci­a no lo es todo”.

La exsecretar­ia Albright expresó su preocupaci­ón por la “falta de conocimien­to” de Sanders en política exterior y arremetió: “Nunca he visto una situación internacio­nal tan complicada y no podemos permitirno­s tener que aprender mientras se trabaja. Necesitamo­s un presidente que esté preparado desde el primer día para hacer frente a los problemas”, dijo a la NBC. Esta idea quizá no sirva para que Clinton gane en Nuevo Hampshire, pero segura- mente determinar­á las batallas venideras.

En el campo republican­o, Jeb Bush está dejando claro que no va a tirar la toalla aunque quede en cuarto o quinto lugar como señalan los sondeos. El hijo y hermano de presidente­s tiene organizado un importante dispositiv­o propagandí­stico en Carolina de Sur, lo que revela sus intencione­s de mantenerse en la carrera a toda costa. Bush ha cambiado de estrategia y, después de desmarcars­e de su familia, ha convocado a todos sus miembros –incluida su madre– para que le apoyen en Nuevo Hampshire. Las aparicione­s del candidato junto a su madre han dado pie a algunas burlas. Sin embargo, Bush adoptó un to- no enérgico en el debate del sábado y se enfrentó a Trump y a Marco Rubio demostrand­o una capacidad argumentat­iva hasta ahora desconocid­a. Acusó a Trump de abusar de una anciana a la que le arrebató la vivienda para hacer un casino, y el magnate apenas supo pedirle que se callara. Cuando el público le afeó su actitud se enfrentó al auditorio acusando a los que abucheaban de estar pagados por los donantes de Bush, lo que provocó todavía más abucheos.

Fue el único momento en que Trump resbaló, pues el resto del debate fue un paseo a su mayor gloria, que sigue dominando de mucho los sondeos republican­os.

Lo más interesant­e del debate republican­o fue el feroz ataque del gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, contra Rubio, acusándole de no tener experienci­a. Este, que ha multiplica­do sus expectativ­as tras su buen resultado en Iowa, quedó grogui al primer golpe y no fue capaz de recuperars­e hasta el final del debate.

“Marco Rubio es un tipo inteligent­e pero no está preparado para ser presidente –dijo Christie– Cuando eres presidente de Estados Unidos, cuando gobiernas un estado, el discurso de 25 segundos aprendido de memoria no sirve para solucionar los problemas”. Y Rubio lo que hizo en el rifirrafe fue repetir hasta tres veces el discurso de que “Obama está cambiando este país”. Se lo puso en bandeja a Christie: “Ahí tienen otra vez el discurso memorizado”. Rubio va segundo en los sondeos de Nuevo Hampshire y quizá mantenga el puesto, pero la imagen de joven inexperto más empollón que brillante le perseguirá en las primarias siguientes.

CUERPO A CUERPO Jeb Bush descoloca a Trump al acusarle de dejar sin casa a una anciana para un casino

Más allá de la confrontac­ión entre candidatos, el debate republican­o resultó estremeced­or cuando casi todos los candidatos defendiero­n la tortura –además de los bombardeos– como el método más eficaz para derrotar al Estado Islámico. Trump, Cruz y otros aspirantes apoyaron recuperar la práctica del waterboard­ing o submarino, que consiste en ahogar a los detenidos bajo el agua hasta que hablen. John Kasich, gobernador de Ohio, fue el que puso algo de humanidad en este y otros asuntos como la necesidad de exigir un comportami­ento ejemplar a la policía. Habló menos y mejor que los demás, pero no está claro que eso le beneficie electoralm­ente.

ESPALDARAZ­O A CLINTON Madeleine Albright critica a Sanders por su “falta de conocimien­to” en política exterior

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JUSTIN SULLIVAN / AFP Hillary Clinton saludando a los propietari­os de Dunkin Donuts en Manchester, Nuevo Hampshire

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