La desigualdad social
Soy voluntario de Càritas en Barcelona y soy consciente de la pobreza y desigualdad que existe en nuestra ciudad. Aparece el informe de Intermón que carga contra el incremento patrimonial que han tenido los más pudientes en detrimento de los más desfavorecidos. Lo entiendo, pero voy a explicar una historia real. Un buen amigo, al acabar la carrera, en 1964, empieza a trabajar en la pequeña industria de su familia, que está en suspensión de pagos –sinónimo de quebrada–, de 50 empleados. Trabaja, trabaja y trabaja. En el año 2000, esta empresa tiene filiales en varios países y está dando trabajo a unas 3.000 personas. Evidentemente ha he- cho mucho dinero. ¿Se le puede considerar uno de esos ricachones que provocan desigualdad? ¿Qué responsabilidad tiene en la pobreza existente? ¿Tiene que vender su patrimonio –sus fábricas– y donarlo?
He dicho que tenían una industria, que es la realidad, pero los grandes incrementos de patrimonio de los que habla Intermón son la mayoría de tema financiero. Y si seguimos provocando, preguntaré: ¿qué aportan a la sociedad estos beneficios de ingenierías financieras? Y ya no hablemos cuando se consiguen beneficios con los precios de los alimentos, provocando hambre, y las hipotecas basura, y las preferentes... Que nuestra sociedad, cristiana para más inri, no reaccione, es incomprensible. O mejora a través de sus políticos o nos mejorarán. Es simple ley de vida.
FRANCISCO TORRAS Suscriptor Barcelona