Buena voz, música ordinaria
Ellie Goulding Lugar y fecha: Sant Jordi Club (5/II/2016)
El concierto de Ellie Goulding se anunciaba en su página en el Pavelló Olimpic de Badalona, pero al final hasta el Sant Jordi Club le quedó grande. La cantante británica, inmersa en la gira mundial de presentación de su tercer álbum, Delirium, vino acompañada por músicos, coristas y bailarines. Su show, sin ser espectacular, es efectista, sobre todo por las cromáticas imágenes proyectadas en siete pantallas y unas coreografías que se vuelven indispensa- bles en los tiempos muertos de los cambios de vestuario. Hasta cinco trajes lució para mostrarse con look futurista, como novia de punto en blanco o de chica dura con cuero negro.
El aspecto visual fue más entretenido que el musical, en un repertorio que oscila de las baladas al R&B pasando por los medios tiempos pop. En todos ellos des- taca su voz de soprano, recurriendo de manera constante a los tonos agudos, en unas pirotecnias acolchadas por unas coristas que fueron determinantes en el mullido relleno de un sonido que va del sintético Holding on for life a la grandilocuencia guitarrera de Burn. Lo mejor llegó en las fases más dance; en Outside y I need your love, en dos versiones de Calvin Harris o en un Around u cuyo estribillo es puro Prince.
No faltaron tampoco los momentos acústicos, como cuando ella misma se cuelga una guitarra para interpretar Devotion o al ceder el instrumento al guitarrista oficial para centrarse en los falsetes en otra balada Lost and found. El juego de contrastes la llevó a vestir On my mind con sonoridad tecno y una coreografía de marcado acento hip-hop. Pero ni cuando se puso sexy, en la sinuosa Codes o en la despedida Love me like you do, tema incluido en la banda sonora de Cincuenta sombras de Grey, su música pasó de ordinaria, tomando este adjetivo por su significado de común, habitual o frecuente.