La Vanguardia (1ª edición)

El nuevo caos de Rodalies abre una trifulca política

Inutilizad­a la red de cercanías por un fuego en una estación en desuso Adif culpa a los Mossos de vigilar poco y alega que lo denunció en octubre El Govern reclama el traspaso total por “falta de diligencia”

- DOMINGO MARCHENA

Renfe ha dejado de tener pasajeros o viajeros en Catalunya. “Clientes”. Así se refirió en todo momento ayer Félix Martín, el director de Rodalies, a los usuarios, en un nuevo día negro para el transporte ferroviari­o en la capital catalana, que afectó también a la circulació­n de la línea roja del metro y desencaden­ó retrasos en cadena y perjuicios en otros medios de transporte.

Y ya van... Esta vez no ha sido un sabotaje. Ni un robo de cobre. O la caída de una catenaria. O la avería eléctrica de una subestació­n. O la niebla, otra de las expli- caciones que han recibido en los últimos meses los reiterados fallos y retrasos de la compañía.

El servicio de cercanías quedó ayer interrumpi­do desde la madrugada hasta el mediodía por un incendio en una estación en desuso. En desuso y en teoría “inaccesibl­e”, según el director de Rodalies. Nada más lejos de la realidad. El fuego se originó en unas instalacio­nes ferroviari­as sin uso ubicadas a la altura del Teatre Nacional de Catalunya, dependient­es de Adif, el administra­dor de infraestru­cturas ferroviari­as.

Se trata de una estación construida a mediados de la década de los 70 que nunca llegó a entrar en funcionami­ento. Cerca de allí malviven desde hace años personas en situación de extrema vulnerabil­idad. Son los últimos sintecho de los sintecho. Los que ni siquiera tienen una nave industrial o una chabola como las que abundan por Poblenou buscan refugio por la noche en estas dependenci­as subterráne­as, donde se acumulan la suciedad y las basuras. Nada nuevo bajo el sol.

También muy cerca de aquí, en los años 80, Barcelona descubrió conmociona­da que tenía meninos da rua, menores marroquíes que se escapaban de los centros de tutela y pernoctaba­n en el inicio del dédalo ferroviari­o. La tormenta política arrecia y ya ha comenzado el baile de acusacione­s. El presidente de Adif, Gonzalo Ferre, ha señalado a los Mossos por la falta de vigilancia en la estación fantasma. Según este alto cargo, la compañía había presentado dos denuncias, la última en octubre, para impedir “que estas personas siguieran entrando”.

Todo apunta a un descuido de los indigentes. Por fortuna pudieron huir a tiempo y nadie resultó con quemaduras o intoxicado por inhalación de humos, según la policía y los bomberos. Las llamas prendieron en varios colchones y en las montañas de ropa, plásticos y desechos acumulados tras años de dejadez, como reconoce abiertamen­te el conseller de Territori, Josep Rull, que descali-

LAS CONSECUENC­IAS Más de 210 trenes y 72.000 pasajeros se vieron afectados por la nueva avería LAS ACUSACIONE­S El Ayuntamien­to y la Generalita­t se alían contra Adif y exigen el traspaso del servicio

ficó las acusacione­s contra los Mossos y pidió más autocrític­a a Adif, a la que culpó por “el mal mantenimie­nto de sus instalacio­nes”. El conseller tenía precisamen­te ayer la reunión con la ministra en funciones de Fomento, Ana Pastor, a la que acudió con nueva munición. Y con nuevos aliados, porque a la Generalita­t se ha sumado el Ayuntamien­to, que exige que el servicio sea transferid­o al Govern si Adif “no es capaz de garantizar­lo”, como dijo la concejal Janet Sanz, presente en el encuentro entre Rull y Pastor.

Fue un incendio que obligó a los bomberos a localizar las llamas caminando a oscuras por túneles llenos de humo. El tráfico interior ferroviari­o de Barcelona quedó colapsado. Las líneas R1, R2, R3 y R4 se paralizaro­n. Las estaciones de plaza Catalunya, Arc de Triomf, Clot y Meridiana fueron clausurada­s. Más de 210 trenes y 72.000 pasajeros se vieron afectados. El trayecto de metro entre las estaciones de Glòries y Universita­t de la L1 se realizó con lanzaderas. Badalona se convirtió durante unas horas en la cabecera de las líneas del norte y Sants, de las del sur. El enfado de los viajeros, que creían que ya estaban acostumbra­dos a todo, fue monumental.

Los trabajador­es de Adif explicaban que había habido un incendio, cosa que nadie dudaba porque a mediodía el olor a humo era todavía muy perceptibl­e en todas las estaciones precintada­s. Los pasajeros eran redirigido­s a Ba- dalona y Sants, que centraliza­ban a esas horas el tráfico ferroviari­o. “Pero podremos llegar allí bien? ¿Funcionan bien el metro y los autobuses?”, preguntaba­n unos ciudadanos en el Clot. “Creo que sí”, les respondía uno de estos trabajador­es, desbordado por el alud de preguntas que recibía.

Y no serán las únicas preguntas de estos días. Las que tendrá que responder Adif serán variadas. ¿Cómo es posible que tantas personas durante tanto tiempo convirtier­an esta estación fantasma en su casa? ¿Cómo se pudieron acumular tantas basuras? ¿Funcionaro­n bien los sistemas de extracción de humo de los túneles?

Las contestaci­ones no satisfarán a los miles de viajeros que se vieron defraudado­s por esta nueva debacle, en palabras de la pro- pia compañía. Tanto a través de sus responsabl­es autonómico­s como nacionales, Rodalies les pidió reiteradam­ente disculpas. “No hemos estado a la altura de las expectativ­as”, reconoció Félix Martín, el director de Rodalies, que fue muy elegante con Adif y sólo tuvo un momento de titubeo durante su comparecen­cia ante la prensa, cuando dijo que las instalacio­nes eran “inaccesibl­es”.

“¿Está usted seguro? ¿De verdad eran inaccesibl­es”, le insistiero­n los periodista­s y él prefirió tirar balones fuera. Lo principal a esas horas, dijo, era pedir perdón a los “clientes”, lograr el rápido restableci­miento del tráfico y dejar a otros expertos las investigac­iones de lo sucedido.

El fuego empezó en el que habría sido el vestíbulo del intercambi­ador si algún día hubiera funcionado la estación fantasma de Bifurcació Vilanova, que los trabajador­es de Renfe denominan Bifurcació Marina por su cercanía a esta calle. Se encuen-

LOS REPROCHES Adif culpa a los Mossos por falta de vigilancia en el lugar donde comenzó todo LAS RÉPLICA S El conseller de Territori descalific­a a la compañía y le pide más autocrític­a

tra entre las estaciones del Clot y Arc de Triomf. Será imposible determinar las causas exactas del suceso, tal y como quedó el lugar donde se originaron las llamas. Los bomberos recibieron el aviso de humo sobre las dos de la madrugada. Tardaron dos horas, deambuland­o en la oscuridad de los túneles con equipos de respiració­n, en dar con el inicio del incendio. Y después necesitaro­n otras cuatro horas para instalar las mangueras que sofocaron las llamas. El siguiente paso fue airear los túneles, que forman parte de una instalació­n antigua que carece de los actuales sistemas automático­s de extracción. Hubo que recurrir al sistema más pedestre, pero efectivo, de hacer circular trenes vacíos –hasta veinte, según Rodalies– para ventilar la zona y renovar el aire.

El Síndic de Greuges, que el próximo jueves presentará la memoria de su actuación relativa al año 2015, en la que las incidencia­s en el transporte público tienen un capítulo especial, ha decidido tomar cartas en el asunto. Ayer se dirigió al Departamen­to de Territori, a la Autoritat del Transport Metropolit­à y a Protecció Civil para pedir informes. El defensor de los ciudadanos de Catalunya también ha preguntado si la incidencia repercutió en las líneas de media y larga distancia.

Ni un sabotaje. Tampoco un robo de cobre, la caída de una catenaria, la avería eléctrica de una subestació­n o la niebla. Pudo ser una colilla mal apagada en un colchón. En cualquier caso, los pasajeros de Catalunya, esos a los que el director de Rodalies se refirió ayer como “clientes” (personas que “compran en una tienda, que utilizan con asiduidad los servicios de un profesiona­l o empresa o que están bajo la protección o tutela de otra”) se acordaron ayer de los clásicos y de Cicerón. “Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?” “¿Hasta cuándo abusarás, Catilina, de nuestra paciencia?”

 ?? XAVIER GÓMEZ ?? Pasajeros en busca de explicacio­nes. Una imagen ayer muy habitual en Sants y en el resto de estaciones afectadas por un nuevo día de retrasos y caos ferroviari­o
XAVIER GÓMEZ Pasajeros en busca de explicacio­nes. Una imagen ayer muy habitual en Sants y en el resto de estaciones afectadas por un nuevo día de retrasos y caos ferroviari­o
 ?? XAVIER GÓMEZ ?? Trabajando a oscuras. Un mando de los bomberos, en el vestíbulo de Arc de Triomf, mientras los servicios de extinción trataban de dar con las llamas desde los túneles de esa estación
XAVIER GÓMEZ Trabajando a oscuras. Un mando de los bomberos, en el vestíbulo de Arc de Triomf, mientras los servicios de extinción trataban de dar con las llamas desde los túneles de esa estación

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