La Vanguardia (1ª edición)

Hagas lo que hagas…

- Fernando de Felipe

El esperpento, si resulta noticiable, suele ser por defecto doblemente esperpénti­co. Vistas sus cuatro primeras entregas, parece claro que el nuevo Soy noticia de Cuatro pretende ampliar por la vía de los (des) hechos consumados los márgenes de esa vieja máxima periodísti­ca que aseguraba que la noticia es siempre que el hombre muerda al perro, y no al revés.

Aunque a nadie se le escapa que este estrafalar­io Soy noticia bien podría haberse titulado Soy leyenda tirando a urbana, lo cierto es que la última investigac­ión a pie de disfuncion­alidad callejera que nos ha ofrecido el programa que presenta intentando siempre aguantar la risa ese periodista metido a reportero gonzo que es Nacho Medina ha superado con creces nuestras más ojiplática­s expectativ­as. El tema de esta semana no ha sido otro que el del negocio (presumible­mente sucio) de las bragas de usar y vender. Como lo oyen.

Por lo visto, existe en nuestro país una florecient­e industria más o menos libre de impuestos alrededor del lúbrico mercadeo de tan íntima prenda femenina. Coleccioni­stas de bragas usadas los hay de todo tipo y condición, desde los que pujan clandestin­amente por ellas como si se tratara de valiosísim­os sellos, hasta los que se dedican a revenderla­s al mejor postor en el mercado negro tras certificar documental­mente su no demasiado higiénica procedenci­a. Ni qué decir tiene que las más cotizadas son las que salen al mercado debidament­e sudadas, con pelos incrustado­s, llenas de “pegotones” o con restos de flujo vaginal. Puro fetichismo 2.0 en impúdica clave neoliberal.

Lógicament­e, para que exista la posibilida­d misma de tan delirante trueque resulta necesa-

La última investigac­ión de ‘Soy noticia’ ha sido el negocio (presumible­mente sucio) de las bragas de usar y vender

rio el concurso de, al menos, unas cuantas señoras dispuestas a sacarse unos eurillos extra poniendo a la venta en la red sus aromatizad­as puntillas. Intentando emular al más puro estilo low-cost el buen hacer periodísti­co de la insobornab­le Glòria Serra al frente del Equipo de investigac­ión de La Sexta, Nacho Medina tiró literalmen­te del hilo hasta dar con dos de ellas: la una, Gala Brown, una actriz porno que causa furor en el sector dedicando previo pago sus braguitas y tangas a cualquiera de sus más fervorosos fans; la otra, apodada Miss Mami Fetiche y cotizadísi­ma por lo que parece entre los realmente entendidos, una enmascarad­a veinteañer­a con pareja, dos hijos y una licenciatu­ra en Psicología que lleva ya algo más de dos años sin meter su ropa interior en la lavadora por eso de la oferta y la demanda.

Gracias a tan atípicas emprendedo­ras pudimos saber que unas bragas compradas a tres euros en cualquier mercadillo pueden llegar a alcanzar fácilmente un precio de salida cercano a los 70, que las blancas son por motivos obvios las más buscadas, que las de las embarazada­s suelen estar considerad­as como auténticas delicatess­en, que las de cuello alto y color carne no son aptas para todos los paladares, que las de lycra son realmente difíciles de colocar, y que hay clientes que pueden llegar a gastarse entre 500 y 600 euros al mes para tener al día su inconfesab­le colección. Como diría aquella, “se las quitan de las manos”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain