Trovador contemporáneo
No hace muchos meses que el cantante y músico sueco Kristian Matsson visitó los escenarios españoles parapetado detrás de su alias artístico The Tallest Man on Earth. Lo hizo en formato solo y el éxito le acompañó.
Ahora ha regresado pero acompañado sobre el escenario. Al fin y al cabo, hace un par de meses publicó el álbum Dark bird is home, en donde estaba arropado de otros músicos y con los que enhebraba una sonoridad más característica de grupo. Para ser fiel, pues, a esa atmósfera sonora, el carismático músico escandinavo está haciendo la actual gira acompañado de colegas.
La carrera musical de Matsson (nació en 1983, se lanzó al ruedo artístico en 2006) se engarzó en una pri- mera fase rockera con el grupo sueco The Montezumas, y adquirió perfiles propios cuando comenzó singladura en solitario. Aquí fue la imagen y la obra neo folk del inglés Nick Drake la que le sirvió para perfilar una propuesta y una presencia que con el paso del tiempo han devenido infalibles.
Las comparaciones, de to- dos modos, han sido habituales en su carrera, como cuando alumbró su primer ep de título homónimo y se le asoció con Bob Dylan. Aun así, con su primer álbum como tal, Shallow Grave, ya dejó constancia de varias marcas intransferibles de la casa: su inconfundible manera de tocar la guitarra, y su atractiva manera de cantar en clave folk canciones de conseguida hondura poética.
Sus posteriores entregas – The Wild Hunt y There’s no Leaving Now– no hicieron más que confirmar las diversas caras musicales de un trovador contemporáneo, cuyo mayor mérito es haber sabido insuflar frescura, elegancia y simplicidad a unas hermosas melodías folk.