Aquí no huele a nafta
Fangio mira a la parrilla de salida desde la Costanera Sur. Detrás de la estatua del pentacampeón argentino de F-1, el río de la Plata. Delante, el circuito urbano de Puerto Madero, donde el sábado se corrió por segunda vez una prueba de fórmula E. Aquí no huele a nafta, como los argentinos llaman a la gasolina.
Hay menos público que en una prueba de la categoría reina, pero el circo es similar. Modelos escoltando a los pilotos, una inmensa carpa como sala de prensa, otra como restaurante para los actores de la pista, un village poco exclusivo, una zona VIP de férreo acceso, cámaras que retransmiten cualquier detalle, mecánicos, garajes y muchas seguridad.
El ambiente es relajado. Apenas una hora antes del inicio de la prueba, Alain Prost y los pilotos de Renault, Sébastien Buemi y el hijo del tetracampeón, Nico Prost, enseñan el garaje a un grupo de periodistas. Los mecánicos afinan los últimos detalles de los cuatro coches de cada equipo. Fotografiar los motores, aún al descubierto, está prohibido. Detrás del asiento se ubica la inmensa batería de 200 kg, la estrella de estos bólidos que alcanzan los 220 km/h.
Alain Prost es copropietario y director de la escudería Renault e.dams y, como a los pilotos, le preocupa el sofocante calor que azota Buenos Aires. Buemi destaca la alta temperatura y Nico Prost añade que “la frenada será otra de las claves” y que lo importante es “administrar la energía”. Ingenieros y corredores centran los esfuerzos del equipo en mejorar la “eficiencia”.
No obstante, y pese a las dimensiones de la pila, cada uno de los 18 pilotos de los nueve equipos corre con dos coches: es más fácil cambiar de auto que de batería. “Se corre con dos coches debido a la durabilidad de la batería”, explica Jean Paul Driot, el otro copropietario de la escudería francesa. La expectativa es que “dentro de tres años sólo se use un auto para toda la carrera”, añade Driot.
Es la segunda temporada del campeonato de fórmula E. En la primera, que ganó Nelson Piquet jr, todos los vehículos eran el mismo modelo de Renault, pero ya se han introducido libertades, como la suspensión trasera o los neumáticos. Los chasis siguen siendo de la italiana Dallara. Carrocería, suspensión y alas son de la francesa Spark. El motor, que en la primera temporada era McLaren, es ahora libre y algunos equipos optan incluso por instalar dos. La caja de cambios también ha sido liberalizada, ya que antes todas eran Hewland de cinco velocidades y ahora cada escudería opta por su diseño propio y número de marchas.
Las baterías, provistas por Williams, se recargan con dos grandes generadores que el
Los puristas ven la fórmula E como un gran scalextric por la ausencia de gasolina y el zumbido del motor Buenos Aires acogió la cuarta carrera del Mundial de fórmula E, un campeonato de coches eléctricos que quiere ser alternativa a la F-1 “Cuando los coches de la calle sean eléctricos, la fórmula E será el campeonato relevante”, dice Agag
circo lleva a cuestas y que producen energía con agua y glicerina. Su potencia máxima es de 200 kW en las clasificatorias, y 170 kW en carrera. Sin embargo, con el Fan Boost, una manera de implicar a los espectadores, los tres pilotos más votados en las redes sociales por el público obtienen un impulso extra de potencia, el power boost, de cinco segundos, como un videojuego.
Claro que la ausencia de nafta y el zumbido del motor convierten la fórmula E en una competición no apta para puristas, que la consideran un scalextric a escala real. No obstante, el director general del proyecto, Alejandro Agag, es optimista: “Los fans irán llegando, no hay que tener prisa; hay países donde tenemos audiencias espectaculares y países donde ni siquiera estamos”, comenta a La Vanguardia, tras bajar del podio donde la modelo Valeria Mazza entregaba el trofeo de ganador al británico Sam Bird. Tras cuatro pruebas, el líder sigue siendo Buemi, que acabó segundo pese a salir el último.
Según el gestor de la fórmula E, “ninguna ciudad española” ha pedido organizar un ePrix. Su idea es ir incorporando grandes capitales –“el año que viene agregaremos Hong Kong y este año París”–, y espera que la fórmula E ayude a extender el uso del coche eléctrico. “Llegará un momento en que habrá una revolución cuando la tecnología del auto eléctrico supere a la del coche de combustión”, vaticina Agag. “Nadie se va a comprar un auto eléctrico porque quiera salvar el planeta; la gente se lo comprará cuando sea más barato y vaya más lejos y más rápido que un coche de gasolina”, augura. “Cuando eso llegue, habrá un cambio total. Por eso las grandes marcas están apostando por la fórmula E: Renault, Jaguar, Audi, Volkswagen…”, agrega. “Cuando los coches de la calle sean eléctricos, este será el campeonato relevante; pero yo no digo que la F-1 vaya a desaparecer porque sigue habiendo carreras de caballos”.