La Vanguardia (1ª edición)

Aquí no huele a nafta

- Buenos Aires. Correspons­al ROBERT MUR

Fangio mira a la parrilla de salida desde la Costanera Sur. Detrás de la estatua del pentacampe­ón argentino de F-1, el río de la Plata. Delante, el circuito urbano de Puerto Madero, donde el sábado se corrió por segunda vez una prueba de fórmula E. Aquí no huele a nafta, como los argentinos llaman a la gasolina.

Hay menos público que en una prueba de la categoría reina, pero el circo es similar. Modelos escoltando a los pilotos, una inmensa carpa como sala de prensa, otra como restaurant­e para los actores de la pista, un village poco exclusivo, una zona VIP de férreo acceso, cámaras que retransmit­en cualquier detalle, mecánicos, garajes y muchas seguridad.

El ambiente es relajado. Apenas una hora antes del inicio de la prueba, Alain Prost y los pilotos de Renault, Sébastien Buemi y el hijo del tetracampe­ón, Nico Prost, enseñan el garaje a un grupo de periodista­s. Los mecánicos afinan los últimos detalles de los cuatro coches de cada equipo. Fotografia­r los motores, aún al descubiert­o, está prohibido. Detrás del asiento se ubica la inmensa batería de 200 kg, la estrella de estos bólidos que alcanzan los 220 km/h.

Alain Prost es copropieta­rio y director de la escudería Renault e.dams y, como a los pilotos, le preocupa el sofocante calor que azota Buenos Aires. Buemi destaca la alta temperatur­a y Nico Prost añade que “la frenada será otra de las claves” y que lo importante es “administra­r la energía”. Ingenieros y corredores centran los esfuerzos del equipo en mejorar la “eficiencia”.

No obstante, y pese a las dimensione­s de la pila, cada uno de los 18 pilotos de los nueve equipos corre con dos coches: es más fácil cambiar de auto que de batería. “Se corre con dos coches debido a la durabilida­d de la batería”, explica Jean Paul Driot, el otro copropieta­rio de la escudería francesa. La expectativ­a es que “dentro de tres años sólo se use un auto para toda la carrera”, añade Driot.

Es la segunda temporada del campeonato de fórmula E. En la primera, que ganó Nelson Piquet jr, todos los vehículos eran el mismo modelo de Renault, pero ya se han introducid­o libertades, como la suspensión trasera o los neumáticos. Los chasis siguen siendo de la italiana Dallara. Carrocería, suspensión y alas son de la francesa Spark. El motor, que en la primera temporada era McLaren, es ahora libre y algunos equipos optan incluso por instalar dos. La caja de cambios también ha sido liberaliza­da, ya que antes todas eran Hewland de cinco velocidade­s y ahora cada escudería opta por su diseño propio y número de marchas.

Las baterías, provistas por Williams, se recargan con dos grandes generadore­s que el

Los puristas ven la fórmula E como un gran scalextric por la ausencia de gasolina y el zumbido del motor Buenos Aires acogió la cuarta carrera del Mundial de fórmula E, un campeonato de coches eléctricos que quiere ser alternativ­a a la F-1 “Cuando los coches de la calle sean eléctricos, la fórmula E será el campeonato relevante”, dice Agag

circo lleva a cuestas y que producen energía con agua y glicerina. Su potencia máxima es de 200 kW en las clasificat­orias, y 170 kW en carrera. Sin embargo, con el Fan Boost, una manera de implicar a los espectador­es, los tres pilotos más votados en las redes sociales por el público obtienen un impulso extra de potencia, el power boost, de cinco segundos, como un videojuego.

Claro que la ausencia de nafta y el zumbido del motor convierten la fórmula E en una competició­n no apta para puristas, que la consideran un scalextric a escala real. No obstante, el director general del proyecto, Alejandro Agag, es optimista: “Los fans irán llegando, no hay que tener prisa; hay países donde tenemos audiencias espectacul­ares y países donde ni siquiera estamos”, comenta a La Vanguardia, tras bajar del podio donde la modelo Valeria Mazza entregaba el trofeo de ganador al británico Sam Bird. Tras cuatro pruebas, el líder sigue siendo Buemi, que acabó segundo pese a salir el último.

Según el gestor de la fórmula E, “ninguna ciudad española” ha pedido organizar un ePrix. Su idea es ir incorporan­do grandes capitales –“el año que viene agregaremo­s Hong Kong y este año París”–, y espera que la fórmula E ayude a extender el uso del coche eléctrico. “Llegará un momento en que habrá una revolución cuando la tecnología del auto eléctrico supere a la del coche de combustión”, vaticina Agag. “Nadie se va a comprar un auto eléctrico porque quiera salvar el planeta; la gente se lo comprará cuando sea más barato y vaya más lejos y más rápido que un coche de gasolina”, augura. “Cuando eso llegue, habrá un cambio total. Por eso las grandes marcas están apostando por la fórmula E: Renault, Jaguar, Audi, Volkswagen…”, agrega. “Cuando los coches de la calle sean eléctricos, este será el campeonato relevante; pero yo no digo que la F-1 vaya a desaparece­r porque sigue habiendo carreras de caballos”.

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a la E. El brasileño Lucas di Grassi, que corrió un año en la F-1 (2010) con Virgin, fue tercero en Buenos Aires; es segundo en el
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GETTY IMAGES LATAM / GETTY De la F-1 a la E. El brasileño Lucas di Grassi, que corrió un año en la F-1 (2010) con Virgin, fue tercero en Buenos Aires; es segundo en el Mundial

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