El alcalde de Girona pacta su sueldo con el PP y C’s
El alcalde de Girona ingresará 73.000 euros, dos mil menos del máximo legal, en lugar de los 68.000 que le proponía ERC
Albert Ballesta, alcalde de Girona en sustitución de Carles Puigdemont, ha llegado a un acuerdo con el PP y Ciutadans para aprobar el nuevo cartapacio municipal. Ballesta no logró pactar con ERC porque los republicanos exigían reducir más el número de cargos de confianza y que el alcalde cobrara 68.000 euros. Finalmente, su sueldo se fijó en 73.000 euros.
El alcalde de Girona, Albert Ballesta (CiU), podrá finalmente hoy aprobar el nuevo cartapacio municipal tras alcanzar un acuerdo con Ciutadans (C’s) y el Partido Popular, las únicas formaciones que han dado el visto bueno a fijar en siete los cargos de confianza del Ayuntamiento y un sueldo de 73.000 euros para el alcalde. Los tres concejales de estas dos formaciones, en las an- típodas ideológicas del gobierno de Ballesta, de marcado carácter independentista, son suficientes para desbloquear la nueva organización municipal, que estaba en el aire desde la toma de posesión del sustituto de Carles Puigdemont, ahora presidente de la Generalitat.
El punto que más polémica había suscitado y que motivó la cancelación del pleno del pasado viernes era el sueldo del alcalde. Ballesta quería imponerse 75.000 euros, lo máximo que permite la nueva ley de Reforma Local para una ciudad del tamaño de Girona. Finalmente, cobrará 73.000 euros, la misma cuantía que percibía el gerente, un cargo que se ha eliminado del organigrama municipal. El equipo de gobierno había rechazado en las últimas horas una contrapropuesta de ERC que pasaba por reducir a la mitad los cargos de confianza (de ocho a cuatro) y fijar en 68.000 euros el sueldo del alcalde.
El nuevo alcalde defendió este pacto con Ciutadans y el PP porque asegura que ha sido imposible alcanzar un acuerdo con ERC, a la que CiU ha ofrecido hasta tres ve- ces entrar en el gobierno y a la que considera el “socio prioritario”.
Fueron las portavoces de Ciutadans y el PP, Míriam Pujola y Concepció Veray, respectivamente, las primeras en anunciar por la tarde, en sendas ruedas de prensa, el acuerdo, después de que, por la mañana, el portavoz de CiU, Carles Ribas, presionara a ERC para que entrara a formar parte del gobierno. “Sabemos que la mochila pesará, pero hay que asumir responsabilidades”, dijo Ribas.
Veray y Pujola justificaron el acuerdo por “responsabilidad” y para lograr que el gobierno municipal “deje de hacer el ridículo”. Como contraprestación a estos apoyos, Ballesta se ha comprometido a impulsar la rehabilitación del Cine Modern; promover un plan estra- tégico en turismo, cultura y comercio; limpiar el cauce del río Onyar a su paso por la calle del Carme, y exigir que la Generalitat pague la deuda de 8 millones de euros que tiene con Girona. “Hay proyectos vitales que deben desencallarse y por eso hemos alcanzado este acuerdo”, aseguró la popular Concepció Veray. Por su parte, Pujola explicó que la entente es en beneficio de la ciudad y quiso dejar claro que, aunque “es evidente que no nos sentimos cómodos con la línea independentista del gobierno, esto no es un pacto de gobierno, sino de cartapacio”.
En esa misma línea incidió el portavoz de CiU, Carles Ribas, que horas antes de anunciarse el acuerdo aseguró que el pacto con PP y C’s no marcará la política del Ayuntamiento. “La gestión es distinta a la política”, aseguró el edil, que quiso dejar claro que “Girona es y será el referente del sentimiento independentista del país” a pesar del trato alcanzado con las fuerzas españolistas. Una situación que ERC, la que CiU sigue queriendo como pareja de baile en el equipo de gobierno, considera una “hipocresía política”. La portavoz republicana, Maria Mercè Roca, rechazó una vez más la oferta y aseguró que CiU no puede presentarse como “el gobierno de la capital de la independencia y pactar con los que son radicalmente contrarios al proceso”.
La portavoz de la CUP, Laia Pèlach, lamentó que Ballesta “venda su alma al diablo para mantener privilegios como subir el sueldo de alcalde o conservar cargos de confianza” y el PSC se quejó de que Girona tenga un gobierno más pendiente de los salarios del cartapacio que de la gestión de la ciudad.
El alcalde defiende el pacto al asegurar que ha sido imposible alcanzar un acuerdo con Esquerra