El Ibex cae un 3,1% y se desinfla de nuevo
El Ibex cayó ayer un 3,1% y salvó por muy poco los 8.000 puntos en una nueva jornada de volatilidad extrema marcada por el precio del petróleo. El crudo pareció ser esta vez el culpable del desaguisado. Llegó a caer un 2,7% aunque cerca del cierre subía casi un 4%. Para entonces, las bolsas europeas llevaban horas cerradas en un nuevo día de descensos generalizados, con todos los parquets cediendo por lo menos el 2%. Los bancos volvieron a situarse entre los más penalizados. Santander (4,8%) y BBVA (4,5%) lideraron las pérdidas, seguidos de CaixaBank (3,8%) y Bankia (3,4%). Todo el selectivo, excepto Endesa, que acabó plana, acabaron en rojo. Tras el retroceso de ayer, el Ibex se sitúa a 267 puntos del mínimo anual (7.746 puntos) del pasado 11 de febrero. El rebote se ha desinflado y vuelven los temores a una corrección aún más severa ante la creencia de que será complicado lidiar con lo que se avecina. Los bajos tipos de interés difi- cultarán la existencia a la banca. Y con las materias primas en horas bajas y los emergentes creciendo menos o en recesión, las perspectivas de que se acelere el crecimiento y aumente la inflación en Estados Unidos o la zona euro disminuyen. “Ha quedado demostrado que con la política monetaria no basta y los tipos negativos del BCE o el Banco de Japón comportan un efecto negativo que dañará la rentabilidad de la banca”, asegura Christophe Donay, estratega jefe del banco suizo Pictet. “El problema es que nadie sabe cómo hacerlo y por eso los mercados están así, analizando lo que va a pasar”, concluye Donay. No sólo eso. La volatilidad de la renta variable –con una sobreventa espectacular, pero también con el efecto arrastre de las apuestas de los bajistas– está expulsando del mercado a los que tienen aversión al riesgo. El oro, por ejemplo, está subiendo un 17% desde enero. El dólar, otro refugio habitual de los inversores, se sigue apreciando frente al euro a pesar de que casi se han evaporado las posibilidades de que la Reserva Federal suba más veces los tipos este año. Entre las divisas, el caso más llamativo es el del yen, que no para de apreciarse a pesar de los miles de millones que gasta el Banco de Japón para depreciarlo. Demasiadas cosas no tienen sentido en las últimas semanas. /