Pekín, capital de los magnates
En el año 1985, el entonces líder supremo de China, Deng Xiaoping, marcó el futuro desarrollo económico del país con su famosa frase: “Dejad que algunas personas se enriquezcan primero”. Tres décadas más tarde, el gigante asiático no sólo ha seguido al pie de la letra aquella consigna, sino que la ha superado con creces. Hoy en día, China ya se ha convertido en el país que cuenta con mas personas que tienen más de 1.000 millones de dólares del planeta y Pekín ha desbancado a Nueva York como la capital mundial de los magnates.
Según la revista Hurun, una publicación financiera china especializada en confeccionar listados equivalentes a la revista Forbes estadounidense, Pekín se ha convertido ya en la capital mundial de los milmillonarios. La urbe acoge a 100 de las mayores fortunas del planeta, frente a 95 que habitan en la metrópolis estadounidense. Moscú, que acoge a 66 magnates, es la tercera ciudad con más ricos del mundo.
La publicación editada en Shanghai, la capital financiera del país asiático, atribuye el liderazgo de Pekín a que en el último año el censo de los que tienen más de 1.000 millones de dólares creció en 32 personas, frente a tan solo 4 por parte de Nueva York.
El hecho de que en la capital china habiten más milmillonarios que en Nueva York pone de manifiesto asimismo las distintas interpretaciones de este colectivo acerca de su percepción de dónde y cómo pueden desarrollar su fortuna. Para los que viven en la metrópolis estadounidenses está claro que allí se halla Wall Street, el centro del poder financiero mundial y donde hay que estar para hacer los negocios. Los que se hallan en Pekín asumen, en cambio, que es la ciudad desde donde se dirige el gigante asiático, donde se toman todas las decisiones políticas y económicas, y es el lugar donde hay que estar para progresar.
El liderazgo de la urbe china es, por otra parte, una consecuencia lógica después de que el gigante asiático haya superado a EE.UU. como el país con mayor número de magnates poseedores de más de 1.000 millones de dólares. Frente a los 535 residentes estadounidenses, suma un total de 568, con un patrimonio global del orden de 1,4 billones de dólares. Una cifra comparable al PIB de Australia.
No obstante, la lista de Hurun sobre los más ricos del mundo en el 2015 no está liderada por chinos sino por magnates occidentales. Entre los diez primeros, hay siete estadounidenses, con Bill Gates a la cabeza (80.000 millones de dólares), el español Amancio Ortega (64.000 millones), el mexicano Carlos Slim (50.000 millones) y el francés Bernard Arnault (37.000 millones).
La primera fortuna del gigante asiático se situa en el puesto 21 y lo ocupa Wang Jianlin, el propietario del grupo inmobiliario y de ocio Wanda, con un patrimonio estimado de 26.000 millones de dólares.
Todo ellos forman parte del colectivo de 2.188 personas de todo el mundo que el año pasado tenían más de 1.000 millones de dólares. Un grupo que, según la revista Hurun, atesoró en el 2015 una riqueza total de 7,3 billones de dólares, más que el PIB de Alemania y Reino Unido juntos.
Algunos investigadores chinos advierten, sin embargo, que no hay que prestar demasiada atención a las estadísticas que señalan el constante aumento del número de milmillonarios en China. Lo consideran lógico, ya que el país asiático aglutina al 20% de la población mundial y es la segunda potencia económica del planeta.
Xu Mingqi, investigador de la Academia de Ciencias Sociales de Shanghai, dijo a finales de año al South China Morning Post de Hong Kong que no tenía sentido centrarse en el número de milmillonarios cuando estos no estan aportando mucha “energía positiva” a la sociedad. Subrayó su limitada participación filantrópica y el impacto negativo que sus derroches tienen en la opinión pública. “Algunos de ellos ni siquiera saben cómo gastar el dinero”, apuntó Xu.
Algunos estudiosos chinos se quejan del impacto dañino que los derroches tienen en la opinión pública