Goles para la infancia
La alianza Barça-Unicef cumple diez años convertida en signo de identidad
La idea fue del exdirectivo Evarist Murtra y la junta de Joan Laporta aceptó materializarla. En septiembre de 2006, el expresidente y la exdirectora ejecutiva de Unicef, Ann Veneman, presentaban en la sede de las Naciones Unidas un acuerdo pionero por el que el club se comprometió a aportar 1,5 millones de euros durante cinco temporadas para programas de ayuda a infancia desfavorecida. Barça y Unicef celebraron ayer los diez años de su alianza firmando una extensión hasta el 2020 que eleva la contribución del club hasta 2 millones de euros anuales. “Es uno de los mejores acuerdos de la historia del Barça”, definió el presidente, Josep Maria Bartomeu, que reconoció la iniciativa de La- porta y la prolongación por parte de Sandro Rosell. “Dentro del campo intentamos ser los mejores y fuera es muy serio lo que estamos haciendo con Unicef”, añadió.
El Barcelona paga por inscribir en su camiseta el logotipo de Unicef con la idea de fomentar la sensibilización sobre los derechos de la infancia, efectivamente, pero a cambio recibe beneficios sociales y también económicos porque se trata de una asociación atractiva para otros patrocinadores. Y lo más importante, la alianza ha ayudado a un millón de niños en todo el mundo y el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, calcula que el nuevo acuerdo dará a 1,8 millones de beneficiarios “la oportunidad de aprender y crecer a través del deporte y el juego”. “Nuestra alianza es tan bonita como las jugadas de gol del Barça”, equiparó La- ke, que ha sido asesor de política exterior de diversos presidentes de Estados Unidos.
Producto de esta colaboración, del 2006 al 2010 se trabajó en la detección y prevención del sida en Angola, Malawi y Swazilandia. Entre 2011 y la actualidad las intervenciones, consistentes en el uso del deporte como herramienta educativa, se han focalizado en Sudáfrica, Ghana, Brasil y China. “Los socios del Barça queremos llegar a los niños del mundo y ser el club que amen los niños del mundo, y esto va más allá del fútbol”, señaló Bartomeu en el acto de presentación del nuevo contrato, celebrado en la tribuna principal del Camp Nou en presencia de medio centenar de alumnos de primaria de la escuela Seat.
Bartomeu calificó como “transcendental” la prórroga de un convenio que
en su origen Laporta también definió de manera grandilocuente: “Un acuerdo doblemente histórico, porque el Barcelona incorporará en su camiseta lo que no ha tenido en sus 107 años de historia, el emblema de una entidad de prestigio internacional, y, por otro lado, porque se trata de un acuerdo sin precedentes, ya que ningún club importante se había posicionado para ayudar a los niños de todo el mundo”.
Después de una década la asociación ha resultado profundamente rentable y se ha convertido en un signo de identidad tanto para el Barça como para Unicef. Aunque en 2010 la relación atravesó un momento de incertidumbre con motivo de la llegada de un patrocinador comercial, Qatar, al pecho de la camiseta blaugrana a cambio de un mínimo de 170 millones de euros en 6 años. Entonces el logotipo de Unicef quedó relegado a la espalda, por debajo del dorsal, pero los vínculos entre el club y la organización de las Naciones Unidas han alcanzado un punto de muy buena salud.