El algoritmo me persigue
Para acceder al Mobile World Congress había que descargarse una app en el móvil (se supone que ningún asistente va por el mundo sin smartphone). La app del MWC está vinculada a la plataforma Moca, que “aprende del comportamiento del teléfono y permite hacer recomendaciones personalizadas y geolocalizadas en el evento”, explica María Fernanda González, fundadora en Barcelona en 2010 de la Moca Platform. Moca sabe cómo se han movido todos los asistentes al Mobile, dentro y fuera del recinto. “¡Que nadie se asuste! dice González: “Rastreamos los teléfonos, no a las personas”. El negocio de Moca es vender campañas de marketing de proximidad a las empresas, por ejemplo, para atraer a los asistentes hasta su stand. A Moca la GSMA le ha premiado como mejor app en la nube.
Ahora todo va de algoritmos. Paseando por el Mobile, un reconocido publicitario andaba asustado. “Buscas algo por internet, y recibes un bombardeo de anuncios. Todo va a métricas y un algoritmo decide lo que yo quiero ver. Parecía que la ventaja de internet era que el usuario tiene el poder, pero... ¿dónde está la narrativa emocional de las marcas?”.
Hay otros aspectos más funcionales que sí los resuelven las apps, pero también lleva su tiempo acostumbrarse. Más de uno iba deambulando por el recinto ferial preguntando por los servicios. Si hubiera mirado en la app, el mismo teléfono lo habría “acompañado”.
En el mundo digital manda lo práctico, y hay quien añora lo emocional