“Nunca he sido comisionista”
Urdangarin admite contratos ficticios, pero niega ejercer de “conseguidor”
CONTRATOS El acusado admitió que si Aizoon tenía trabajadores ficticios sería por razón fiscal
SINTO NÍA Los dos socios, enfrentados en la fase procesal, se han puesto ahora de acuerdo ESPOSAS El ex duque de Palma afirma que Ana María Tejeiro no tenía funciones en Nóos
REGAÑINA La juez Romero riñe al fiscal Horrach por cuestionar la tesis de otra acusación
Tras el distanciamiento de los últimos años, Iñaki Urdangarin y Diego Torres recuperaron ayer la sintonía perdida entre ambos. El inicio del interrogatorio al marido de la infanta Cristina dejó claro que, como mínimo, los dos socios se sitúan en el mismo bando para defender la legalidad de las empresas y actividades que ahora se juzgan. De hecho, durante su primera intervención ante el Tribunal, Urdangarin se atrincheró en los mismos argumentos que Torres para repeler la ofensiva del fiscal, quien reclama para él una pena de 19,5 años de prisión. En este sentido, los dos acusados coincidieron en señalar que Urdangarin no cobró ningún tipo de comisión del Govern balear. Una acusación que, al inicio del juicio oral, vertió el expresidente autonómico Jaume Matas. En concreto, Matas confirmó que tras un partido de pádel en el palacio de Marivent se materializa- ron los primeros proyectos que el Instituto Nóos facturó a la administración balear. “Nunca he sido ningún comisionista de nada, absolutamente no”, respondió tajante el cuñado del rey Felipe al ser requerido, ayer, sobre la acusación de ser un “conseguidor”. De la misma manera, Diego Torres, quien ha declarado durante tres días y medio, negó que los 300.000 euros que el Govern balear pagó por crear una oficina de coordinación del equipo ciclista Illes Balears fuera una “comisión” por su papel de mediador. En relación con esta cuestión, Urdan- garin explicó ayer que se trataba de “un proyecto atípico que funcionaba solo”, y aclaró que aunque era uno de los contratos del Instituto Nóos, fue Juan Pablo Molinero, abogado y experto en derecho deportivo, quien dirigió ese proyecto. Urdangarin, con respecto al patrocinio del equipo ciclista, negó que el Instituto Nóos, ni tampoco él mismo, hubiera firmado un acuerdo con la Fundación Illesport sobre los gastos de la gestión de la oficina del citado equipo.
La sincronía de Urdangarin con la argumentación desplegada por Torres durante su declaración volvió a concurrir en el momento de derivar responsabilidades. El marido de la infanta, como hizo Diego Torres, apuntó al excontable de Nóos Miguel Tejeiro, a quien atribuyó la contratación de personal ficticio en Aizoon, la empresa compartida al cincuenta por ciento con la infanta Cristina. Pese a reconocer estas contrataciones irregulares, Urdangarin negó haberlas conocido de antemano. “Los he descubierto después, durante este proceso”, aseguró al Tribunal. Cuando el fiscal Horrach le pidió explicaciones, Urdangarin aseguró que si “había empleados que no he conocido, se haría para llegar a estos números y baremos fiscales”. Eso sí, adjudicando de nuevo a Miguel Tejeiro la responsabilidad de esas triquiñuelas, por ser el “asesor en estos temas”. Miguel Tejeiro quedó fuera de la causa cuando Manos Limpias retiró su acusación por “estrategia procesal”, pero ha sido citado a declarar como testigo.
Una vez desviadas a Tejeiro las cuestiones conflictivas, Urdanga- rin explicó su papel en Nóos: “Mi parte es clara y evidente por mi trayectoria, que es más el mundo del deporte y la relación con las personas”, aseguró para reiterar que no se ocupaba ni de las cuestiones económicas y ni de las financieras. El exjugador de balonmano volvió a converger con Torres para exculpar a la esposa de este, afirmando que Ana M.ª Tejeiro “no desarrollaba una labor fija” en Nóos, ni tenía “una función” en el organigrama. Una respuesta a la que el fiscal replicó: “¿Y entonces qué hacía?”. “Pues no sé, supongo que haría gestiones personales. Era la mujer de Diego Torres”, contestó Urdangarin.
El marido de la infanta Cristina se vio obligado ayer a hacer un ejercicio de memoria, ya que en repetidas ocasiones aseguró que no tenía presentes los detalles de asuntos que tuvieron lugar hace diez años. Sí recordó que se asoció con Torres porque compartían inquietudes y voluntad de “generar conocimiento en un área con lagunas, el patrocinio deportivo”. Una afirmación con la que Torres asintió desde su silla, como hizo cuando Urdangarin aseguró que “a los buenos profesionales se les deja trabajar porque lo hacen bien”.
La confluencia argumental de los dos principales acusados en la trama, que desde hace tres semanas se juzga en Palma, ha alimentado la desconfianza de la abogada del sindicato Manos Limpias, quien ya in- sinuó un “pacto de no agresión” entre ambos para salvar a sus esposas. Una idea en la que ayer volvió a ahondar Virginia López Negrete tras escuchar a Urdangarin. La letrada dio ayer un paso más y habló de “pacto colectivo para defender al infanta”. Todo ello, tras la intervención del fiscal Horrach, que inició el interrogatorio al yerno del rey emérito poniendo en duda una prueba documental aportada, precisamente, por la abogada del sindicato Manos Limpias contra la infanta Cristina. Una actitud que llamó la atención a la presidenta del Tribunal, Samantha Romero, quien aseguró sorprendida que “es la primera vez que advierto que una acusación cuestiona a otra acusación”.
Urdangarin volverá a declarar el próximo miércoles. Ayer habló con cierta apatía, menos cuando negó ser un comisionista, y con un tono apagado que obligó al Tribunal a pedirle que alzara la voz para que se le pudiera grabar.