La Vanguardia (1ª edición)

El presidente del TSJC pide diálogo con Catalunya

Jesús María Barrientos avisa que los tribunales no son la solución para el debate soberanist­a

- SANTIAGO TARÍN Barcelona

El nuevo presidente del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya asumió ayer el cargo reafirmand­o su misión de velar por el cumplimien­to de la Constituci­ón, pero también abogando por el diálogo sobre Catalunya: “A los políticos les correspond­e encontrar respuestas imaginativ­as”. El president Puigdemont no acudió al acto.

Fue un discurso con avisos. Con dos. El primero: las leyes del Parlament no pueden superar el marco de la Constituci­ón y del Estatut. El segundo: el problema catalán no se va a solucionar en los juzgados. Jesús María Barrientos tomó posesión ayer como nuevo presidente del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya y lo hizo abordando en su alocución el asunto en la que todos piensan: el previsible choque entre el soberanism­o y los tribunales.

Porque este es el tema que está encima de la mesa en los ambientes jurídicos de Catalunya. Y Barrientos lo abordó en su discurso. En primer lugar, para señalar que “Catalunya se encuentra inmersa en un intenso debate social rela- cionado con la propuesta de revisión del actual modelo de encaje y convivenci­a con el resto de España. El Parlament de Catalunya, en cuanto que depositari­o de la voluntad democrátic­amente expresada por el pueblo catalán, está plenamente legitimado para emprender iniciativa­s de mejora de ese marco de relaciones y convivenci­a; sin embargo, el propio Parlament soporta su legitimida­d en el Estatut de Catalunya y, antes, en la Constituci­ón Española de 1978, de tal forma que ninguna de estas normas básicas podrá verse superada si no es previa su reforma, lograda por los procedimie­ntos establecid­os en ellas. Este es el Estado de derecho que todos nos hemos dado y el plan más sólido de nuestra convivenci­a pacífica”. Ese fue el primer aviso: las iniciativa­s legislativ­as soberanist­as no pueden rebasar este marco. “Ninguna ley puede pretenders­e democrátic­a si ignora el Estado de derecho”.

Pero claro, si existe la discrepanc­ia sobre si se sobrepasa esta frontera, la polémica se trasladará a los juzgados. Barrientos se- ñaló: el Poder Judicial “ha de ser la garantía última de la preservaci­ón de ese Estado de derecho. Los jueces y tribunales tenemos la grave encomienda de cumplir y hacer cumplir la Constituci­ón y el conjunto del ordenamien­to jurídico”. Ahora bien, y aquí está el segundo aviso: “que nadie acuda a los juzgados y tribunales en busca de soluciones al debate social abierto actualment­e en Catalunya. Sólo a los responsabl­es políticos correspond­e encauzar ese debate y articular respuestas imaginativ­as que puedan resultar aceptadas por amplias mayorías sociales”. Dicho de otra forma: que no traspasen a los jueces la papeleta, convirtien­do un problema político en otro judicial.

El nombramien­to de Barrientos se produce, precisamen­te, en un momento en que se está produciend­o este roce entre las iniciativa­s políticas y los tribunales; una situación que despierta susceptibi­lidades. Pero no parece que al nuevo presidente del TSJC le vayan a dejar sólo. En su toma de posesión estuvo arropado por Carlos Lesmes, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial; por otros nueve vocales del CGPJ y por once presidente­s de otros tribunales superiores de España. Por parte de la Generalita­t asistieron los consellers de Justícia, Carles Mundó, y de Interior, Jordi Gené. El presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, se hallaba en el Ayuntamien­to de l’Hospitalet, aunque sus predecesor­es acostumbra­ban a asistir a este acto. Tampoco estuvo la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ni la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, cuyo consistori­o celebró ayer sesión plenaria.

Jesús María Barrientos es el quinto presidente del TSJC desde que iniciara su andadura en 1984, tras José Antonio Somalo,

Lesmes, once presidente­s de tribunales superiores y nueve vocales del CGPJ asistieron al acto El presidente saliente reclamó más independen­cia judicial ante la “compleja situación política”

Guillem Vidal, Maria Eugènia Alegret y Miguel Àngel Gimeno. Es muy posible que durante su mandato se amplien las competenci­as de esta instancia para revisar sentencias de las audiencias provincial­es, y, por ende, deberá incrementa­r el número de magistrado­s adscritos a él. Hasta ahora, Barrientos presidía la sección octava de la Audiencia de Barcelona y reforzaba la sala penal y civil del TSJC, donde formó parte del tribunal que juzgó y condenó al exalcalde de Lloret y exdiputado en el Parlament, Xavier Crespo.

Carlos Lesmes, en su discurso en el acto, recordó que “los jueces están obligados a hacer cumplir la ley y la constituci­ón sin ambigüedad­es ni cálculos oportunist­as”, mientras que el presidente saliente, Miguel Ángel Gimeno, reclamó más independen­cia para los jueces ante la “compleja situación política”; que estén más libres de presiones: “De las que tengan origen en otros poderes del Estado, de los propios miembros del Poder Judicial y de los intereses en juego”.

 ?? XAVIER GÓMEZ ?? Jesús María Barrientos, a la derecha, saludando ayer a Carlos Lesmes en el Palacio de Justicia
XAVIER GÓMEZ Jesús María Barrientos, a la derecha, saludando ayer a Carlos Lesmes en el Palacio de Justicia

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