La Vanguardia (1ª edición)

Urnas sin sanciones

Pulso radicales-reformista­s en las primeras elecciones tras el acuerdo nuclear

- CATALINA GÓMEZ ÁNGEL Teherán. Servicio especial

Poco antes de las ocho de la mañana, tras saludar uno a uno a los integrante­s de la mesa de votación y posar para cientos de periodista­s, el líder supremo de la Revolución, Ali Jamenei, abría las elecciones en Irán. Las primeras después del acuerdo nuclear y el levantamie­nto de las sanciones económicas.

Sonriente, y sin ningún rastro de la tensión política de las últimas semanas, introdujo en las urnas las papeletas para las dos elecciones: al Parlamento y al Consejo de Expertos, que tiene entre sus tareas monitorear la labor del líder y designar a su sucesor en caso de muerte.

“Cada iraní que ame a Irán, la Revolución Islámica, la gloria y el honor del país debe participar en estas elecciones”, dijo el líder supremo después de depositar su voto. Todo parece indicar que fue así, y que por ello se tuvo que aplazar cuatro horas el cierre de los colegios electorale­s.

En la entrada de la mezquita de Javaran, en el sector donde vivió el ayatolá Jomeini, el ambiente era mucho más festivo que en el barrio de Jamenei, bajo las más estrictas medidas de seguridad. Lo que fue el epicentro político de la República Islámica ha pasado a ser el centro del bloque progresist­a liderado por el expresiden­te Hashemi Rafsanyani y en el que tiene un gran protagonis­mo también Hasan Jomeini, nieto del imán y uno de los candidatos descalific­ados por el Consejo de Guardianes.

Este consejo, formado por doce clérigos, ha estado en medio de la polémica en las últimas semanas. Si bien tiene que analizar las credencial­es revolucion­arias y religiosas de cada nominado a un cargo de elección popular, nunca antes había eliminado a tantos candidatos como en estas elecciones. De 12.000 nombres que se presentaro­n al Parlamento, vetaron la mitad. Los reformista­s se llevan la peor parte: sólo recibieron luz verde 200 candidatos de los 3.000 presentado­s. En este callejón empinado, adornado con banderolas de Irán, muchos jóvenes esperaban con paciencia a que les tocara el turno de llenar la dispendios­a papeleta en la que tenían que escribir los 30 nombres de sus candidatos al Parlamento y los 16 al Consejo de Expertos. “Requiere paciencia y toma tiempo. Pero no importa. Es por el fu- turo del país”, explicaba Soma, de 35 años, que tenía guardado en su móvil la lista de candidatos que tendría que escribir en el papel. Como muchos allí, iba a dispuesta a votar por el bloque progresist­a.

“Estas elecciones son importante­s porque se enfrentan los dos bloques de pensamient­o que existen en Irán. El que gane deci- de el futuro del país”, explicaba esta doctora en ingeniería poco antes de que apareciera­n los cánticos con los que los asistentes saludaban al expresiden­te reformista Mohamed Jatami, que apenas pudo ejercer su derecho por el gentío que lo arropaba.

“Jatami, Jatami, que Dios esté con usted”, “Hola a Musavi, Salud a Jatami”, gritaban mientras lo empujaban hacia el interior de la mezquita donde se encontraba­n las urnas. Tras un momento de confusión, un moderador tuvo que pedir a los asistentes que se calmaran para no crear problemas. El expresiden­te Jatami, al fin y al cabo, no puede aparecer ni ser mencionado en ningún medio de comunicaci­ón iraní por orden de la justicia.

Otra cosa son las redes sociales, donde Jatami es una estrella. Su vídeo invitando a votar se volvió viral. Era parte de una campaña alternativ­a del bloque progresist­a para difundir la idea de que una votación masiva es la única manera de romper el balance de fuerzas creado por el Consejo de Guardianes.

“Irán pasa por una era de cambios importante­s, lo podemos llamar la era postsancio­nes, y es muy importante para nosotros los iraníes poder controlar cuáles serán las políticas que se van a implementa­r después de estas elecciones”, explicaba Yaser, un joven de 27 años que aseguraba que había decidido votar tras ver varios vídeos publicados por personalid­ades cercanas al reformismo. “Tenemos que elegir gente que pueda cambiar el destino del

COMICIOS FILTRADOS Nunca se había vetado a tantos candidatos; la mayoría, reformista­s

VUELCOS DE LA HISTORIA El barrio de Jomeini es ahora progresist­a; a su nieto le han prohibido presentars­e

país”, aseguraba mientras esperaba con calma a que llegara el turno para votar.

Yaser llevaba dos horas esperando en las cercanías de la congestion­ada mezquita de Hoseinie Ershad, en el norte de la ciudad, y tendría que hacerlo al menos por una más. Un escenario diferente al que se vivía en algunos sectores menos privilegia­dos de la ciudad, donde apenas se sentía el ambiente electoral. “Para qué voy a votar si mi vida nunca cambia. Cada día hay más dificultad­es en estas calles”, decía Mariam, de 40 años, que mantiene a sus dos hijos desde que su marido la dejó.

“Ellos creen que querer tener mejores relaciones con el mundo es venderse a los poderes extranjero­s. Es sólo una maniobra para crear pánico entre la población”, aseguraba Hadi, de 37 años, que había asistido con seis integrante­s de su familia a votar en el centro de la ciudad. “Yo creo que a Rohani se le debería recompensa­r más por lo que ha hecho por el país”, sentenciab­a este hombre recordando que llegó a la presidenci­a bajo la promesa de firmar un acuerdo con Occidente por el tema nuclear a cambio del levantamie­nto de las sanciones.

“Estas elecciones son la demostraci­ón de la política inde- pendiente del país y su soberanía nacional”, declaró Rohani después de votar. Es un mensaje al sector más radical, que le ha acusado en varias ocasiones de estar entregando Irán a EE.UU. y Gran Bretaña. El fantasma de la infiltraci­ón extranjera marcó de principio a fin la campaña electoral.

“Cuando hablo acerca de un complot de infiltraci­ones estadounid­ense, frustro a mucha gente. Ellos preguntan por qué nosotros hablamos de infiltraci­ón todo el tiempo... Pero hay un complot real. Algunas veces incluso los mismos infiltrado­s no saben que forman parte de ello”, llegó a afirmar el líder supremo, que si bien dio el visto bueno para la firma del acuerdo nuclear sigue advirtiend­o una y otras vez sobre las intencione­s de los “poderes arrogantes”.

Las elecciones de ayer marcarán más que nunca el futuro de Irán. Si seguirá el camino de los radicales o, por el contrario, optará por la senda del gobierno de Rohani y el bloque progresist­a: reformas sociales y continuar con la apertura al mundo.

ROH ANISE DEFIENDE “Estas elecciones son la demostraci­ón de la política independie­nte del país y su soberanía”

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EBRAHIM NOROOZI / AP Mujeres iraníes haciendo cola para votar en Qom, ciudad santa para el chiismo
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LA VANGUARDIA FUENTE: FMI, Reuters, AFP y BOE enero del 2015

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