Los socios de Colau no ven claro su ‘presupuesto’
El gobierno, falto de apoyos, aplaza al menos una semana la comisión en la que quería aprobar la prórroga del 2015 y una modificación
Ada Colau no sólo no cuenta con los apoyos para sacar adelante unos presupuestos al uso para el 2016, sino que, además, por ahora, ni siquiera tiene asegurados los votos que le permitirían aprobar un sucedáneo presupuestario, es decir, las cuentas homologadas y prorrogadas del 2015, a las que habría que añadir una importante modificación (que podría rondar los 250 millones de euros) que posibilitaría llevar a cabo algunas inversiones previstas por el gobierno municipal y disponer de dinero para el gasto corriente.
El gobierno de BComú pensaba convocar una comisión extraordinaria de Economía el próximo martes para aprobar esta modificación –que pretende presentar a la oposición y a la opinión pública como “Presupuesto 2016”–, pero la falta de acuerdo con las otras formaciones de izquierda –requeriría el voto favorable de ERC y PSC– y al menos la abstención de la CUP– le ha llevado a posponer esta comisión por lo menos hasta el 8 de marzo.
Uno de los objetivos del gobierno municipal para haber elegido esta vía presupuestaria es la necesidad perentoria de acortar calen- darios. La farragosa y larga tramitación de un presupuesto ordinario que todavía no cuenta ni siquiera con un preacuerdo político para avanzar podría provocar que, en el mejor de los casos, las cuentas para el 2016 fueran ratificadas en el mes de septiembre, demasiado tarde para comenzar a ejecutar algunos proyectos previstos.
La fórmula de la prórroga de los presupuestos del 2015 más la modificación –que obliga a presentar un Plan de Estabilidad Financiera– acortaría notablemente los plazos. De hecho, esta práctica no es nueva. En el 2013, el gobierno de Xavier Trias, ante la falta de apoyos, optó por prorrogar su primer presupuesto, el del 2012, que había pactado con el PP, y por incluir una modificación de crédito, que también acabaría pactando con los populares, dividida en dos partes, lo que le permitió disponer de unos 200 millones de euros para invertir y 25 millones más para gasto corriente.
La prórroga del presupuesto del 2015 y la modificación, que se financiaría con remanente de tesorería y con una póliza de crédito, fue aprobada el jueves por la comisión de gobierno, si bien el equipo de Ada Colau no lo ha hecho públi- co todavía. La oposición, no obstante, está al corriente de este hecho ya que el pasado martes, en la junta de portavoces, fue advertida de la intención de convocar una comisión extraordinaria de Economía para la próxima semana. En el pleno municipal, el malestar entre los posibles socios de BComú era, de nuevo, más que evidente tras conocerse la información publicada ayer por La Vanguardia sobre los planes del gobierno, sobre todo en las filas socialistas. El PSC, a pesar de su total disposición a entrar en el gobierno, ha sufrido en reiteradas ocasiones lo que el grupo que lidera Jaume Collboni considera un menosprecio por parte de BComú. Una de las quejas más reiteradas de los socialistas es la costumbre del gobierno de anunciar sus planes sin haber atado antes un mí- nimo acuerdo o darlos conocer sin que quede tiempo para analizarlos, como sucedió con el documento inicial del Programa de Actuación Municipal, entregado a los grupos menos de 24 horas antes del debate sobre el estado de la ciudad.
El documento inicial con el que está trabajando el gobierno municipal plantea un horizonte de incremento respecto al 2015 de los ingresos procedentes de los impuestos. Las estimaciones para este año indican que podría pasarse de 999,5 millones el año pasado a 1.044,7 en este ejercicio. En términos relativos, el incremento mayor que se espera (un 28,6%) es el del ICO (impuesto de construcciones), aunque supondría ingresar solo 2,8 millones más. En términos absolutos, el mayor crecimiento sería el de los ingresos procedentes del impuesto de bienes inmuebles (IBI): 28 millones más hasta alcanzar los 651,2.
Malestar evidente en las filas socialistas por los métodos utilizados por BComú para tratar de aprobar sus planes